jueves, 20 de noviembre de 2014

Capítulo 29

(Narras tú)





Abrí los ojos poco a poco, tras el impacto de mi espalda con el duro y frío suelo. Mi cuerpo me pedía auxilio, observé mis piernas que tenían moratones y unos de mis brazos sangraba. Me toqué la cabeza, adolorida. ¿Qué demonios había pasado aquí?



Mis ojos recorrieron la sala. No había ni un solo mueble, sólo unas cuantas cajas que desprendían un olor horrible. Había polvo en todos lados y sólo un pequeño rayo de luz se asomaba por una diminuta ventana en forma circular que había fuera de mi alcance.



El pánico comenzó a recorrer mi cuerpo, haciendo que mis heridas dolieran más de lo que deberían.





<<Buen momento para entrar en pánico, _____>>





Ahogué un chillido cuando toqué mi reciente herida del brazo. ¿Cómo demonios me había echo eso? ¿Qué hago yo aquí?. Mi respiración estaba entrecortada, y mis labios entreabiertos. Quise chillar, esperando la respuesta de alguien que pudiera sacarme así, pero luego reculé y me di cuenta de que no era una buena idea.



Cerré los ojos, acordándome de los acontecimientos que ocurrieron hace a penas cinco horas. Louis. Troy. Louis. Troy. Eso era todo lo que pasaba por mi cabeza.



La puerta se entreabrió y achiné mis ojos, aclarando la vista debido al golpe de luz brusco. Una silueta se acercaba cada vez más a mí, pero aun así, yo no me moví. La delgada sombra se paró delante mía, y yo examiné todo su ser. Era él. Era Troy.





- Hola, preciosa.





El moreno escupió esas palabras como quien no quiere la cosa. Quise hablar, pero mi garganta no parecía estar por la labor. Intenté calmarme a mí misma mentalmente, acto que fue en vano. Unas lágrimas silenciosas comenzaron a apoderarse de mi rostro, y las heridas parecían más dolorosas ante su presencia.





- Vaya, parece que la princesita no tiene dónde esconderse esta vez --rió con amargura--.





Cada palabra que decía, cada sílaba que pronunciaba parecían hacerme más débil. Pero yo no podía dejarme ganar, tenía que demostrar que era más fuerte que todo esto.





- ¿Qué quieres de mí? --susurré cuando las lágrimas dejaron de caer por mi rostro como si de un río con caudal se trataran--.





Por primera vez, me digné a hacer contacto visual con él. Y, la verdad, nunca pensé que este momento llegaría. Porque lo quería más lejos que nunca. Me daba asco, ¿qué necesitaba ahora de mí?





- Quiero recuperarte --dijo sin maldad y lo miré sorprendida--.





Una especie de sentimiento me abrumó. ¿Recuperarme?. Mi rostro era la definición exacta de asombro ante sus dulces palabras.





- Te quiero de vuelta --dijo otra vez, confirmando mis sospechas--.





¿Yo era un simple capricho de Troy? Esto no podía estar pasándome a mí.





- ¿Dónde está Louis? --me atreví a preguntar--.



- No tengo porqué responder a tus estúpidas preguntas de niña mimada.





Su respuesta me pilló desprevenida. ¿Cómo podía cambiar tan rápido de opinión? ¿Cómo podía ser tan brusco, de repente dulce, y luego vuelta al principio?



Se agachó de repente, quedando a mi altura y se sentó delante mía. ¿Qué diablos estaba haciendo?. Puso sus brazos a mi alrededor, pero no dije nada, ya estaba acorralada. Su rostro se acercaba cada vez más a mí. ¿Qué iba a hacer? Yo no me podía separar, no si quiero seguir viva. Conozco (o al menos creo que conocía) a Troy, y no soporta el rechazo.



La respuesta no es la huida.



Apartó una de sus manos que me rodeaban y acarició mi mejilla. Nuestras narices hicieron contacto y nuestros labios se rozaban. Cerré los ojos, aparentemente esperando la siguiente acción, pero lo que en realidad yo quería era concienciarme de que esto no sería para siempre. Troy me había secuestrado, pero sé que saldré de aquí. Porque encontraré la manera.



Aún con los ojos cerrados, él se tomó la libertad de agarrar mi mentón y comenzar a besarme con dureza. Me sentí tan sucia... A pesar de no corresponderle el beso, fue como si una estaca se clavara en mi corazón.



<<Louis, ven>>



Lo necesitaba. Lo necesitaba ahora. Necesitaba que fuera él el que me besara de esa manera, no Troy. En cuanto se separó, volvió a besarme. Pero en vista de que yo no le iba a corresponder, me mordió el labio, consiguiendo que éste sangrara y gemí, pero no de placer, sino de dolor.





- ¡Idiota! --esas palabras salieron salvajemente de mi boca, sin pensarlo dos veces--.





Al instante, me arrepentí. Me propinó un bofetón en la mejilla que se oyó por toda la estancia. Lo miré con los ojos aguados, pero él ni se inmutó.





- Como vuelvas a insultarme, utilizo el plan B y te aseguro que no quieres saber cuál es --me amenazó y cerré los ojos fuertemente, dolorida--.





Pero todo no iba a ser tan fácil, yo iba a luchar por lo que es mío: mi libertad. Yo no nací para estar encerrada y convertirme en un juguete que Troy usa y tira todos los días. Me niego. Yo merecía ser libre y alegre. Sonreír cuando la vida me diera alegrías, pero no llorar cuando ocurrían desgracias. Nadie debería sentirse como yo me estoy sintiendo ahora mismo: utilizada, avergonzada, y humillada. Porque, a pesar de que no hubiera nadie mirando, era como si Louis estuviera aquí. Es raro, lo sé. Pero no puedo evitar pensar en su olor, ahora impregnado en todo mi ser; no puedo evitar pensar en su pequeño océano por el cual ve a través; no puedo evitar pensar en la manera en la que me toca, siempre tan suave; no puedo evitar pensar en todo él. Porque estoy a empezar a pensar que lo amo.



Lo amo. Esa es una palabra fuerte. ¿Se puede amar en apenas 3 meses; 1 y medio de relación?. Creo que sí. Creo. Porque nunca he sabido lo que era amar. Creía que sí lo sabía, pero mi amor por Louis traspasaba aquellos límites.



Pero la vida te pone en situaciones difíciles, y lo único que me pregunto es: ¿volveré a verle?. No me preocupo por mi vida, no me preocupo por mi salud, no me preocupo por mi bienestar; y ahí es cuando me doy cuenta de que sí, lo amo. Confirmo mis dudas y lo único que quiero hacer son dos cosas: darle una patada fuerte en las partes bajas a Troy y correr hacia los brazos de Louis.



Aun así, yo en el fondo sé que no duraré mucho aquí metida. Porque sé que Louis también vendrá a por mí. Ya me lo dijo una vez, y no tuvo que repetirlo: él era la definición exacta de problemas y me buscará. Porque los problemas me buscan (Trouble looks for me).



Después de la amenaza de Troy, se levantó, pero antes, me tendió una nota, la cual miré con curiosidad.



Se limitó a callarse, o eso creía. Antes de salir de la habitación donde me tenía encerrada, dijo:





- A veces las drogas me vencen, y acabo haciendo cosas estúpidas.





Y se fue. Dejó la puerta entornada y se fue.



Me quedé callada, con miedo a abrir el papel. ¿Qué habría dentro? ¿Porqué me lo daba ahora?. Quizá, el aire de misterio que envuelve a Troy fue lo que me hizo quererlo. Fue lo que me hizo dar el primer paso. Pero también me hizo dar cuarenta atrás cuando me di cuenta de quién era en realidad.



Y me da pena. Me da pena porque en realidad yo lo quise. Quise. En pasado. Y, tengo muy claro que no lo volveré a hacer. Porque es un error.



Una parte de mí ya sabía que Troy era drogadicto, otra simplemente se sorprendió porque él nunca me obligó a consumir ni me habló de ello.



Con el papel entre las manos y el corazón en un puño, abrí rápidamente el papel, sin esperarme tal contenido.





2/11/2009





<<Aproximadamente la fecha en la que conocí a Troy>> – pensé.





“No te enamores de gente como yo. Te llevaré a museos, y parques, y monumentos, y te besaré en cada lugar hermoso que encuentre para que no puedas ir allí sin saborearme como la sangre en tu boca. Te destruiré de la forma más hermosa posible. Y cuando me vaya, por fin entenderás porqué las tormentas llevan el nombre de personas. 



No quiero hacerte daño, de verdad que no quiero. Pero cuando alguien está metido en este mundo, no hay vuelta atrás. Ya no controlo mis acciones. Eres una chica guapa, atractiva y muy inteligente; y espero que encuentres alguien que te valore de verdad. 



El papel no parece suficiente para mí ahora, pero en la noche es cuando parece que utilizo la única neurona que queda en mi cabeza; porque la marihuana y la cocaína se han encargado de matar al resto. 



Discúlpame si te arrebato lo que no debería pertenecerme. Discúlpame si te hago daño. No es tu culpa, sólo quiero decirte que tampoco es la mía. Bueno, no completamente. 



Y sé que cuando te de esta carta es para dejarte ir, porque ya no lo puedo soportar más. Te encerraré en una habitación, y te lo haré pasar mal. Pero, también sé que cuando salgas por esa puerta entornada que se encuentra en frente tuya, serás libre. Tu pesadilla se habrá acabado ya. Porque yo no puedo aguantar más esta presión. 



No puedo aguantar mi ambición por las drogas, y a veces es mejor rendirte ante la vida. Rendirte porque sabes que es mejor que tú no estés en este mundo a hacer sufrir a algunas personas, entre ellas: tú. 



Sal, y verás que ya no puedo hacerte más daño. 



Adiós, pequeña. 



– Troy.”









(Narra Louis)







- ¡Liam! ¡Necesito tu ayuda! --aporreé su puerta. Había mucho en juego--.



- ¡¿Qué diablos te pasa?! ¿¡Tú cómo sabes mi dirección!? --dijo malhumorado, abriendo la puerta de golpe--.



- No voy a gastar tiempo explicándote la segunda pregunta, pero tengo sí lo voy a hacer contestando a la primera: ¡_____ ha desaparecido! --dije frustrado--.



- ¿Cómo? --dijo perplejo--.



- Como oyes. Conoces su historia con Troy, ¿verdad? --pregunté y asintió, en estado de shock--. Pues ahí tienes la respuesta. Tenemos que encontrarla y matar a ese hijo de puta.





No hizo falta decir nada más. Agarró una chaqueta del pasillo y salió a la calle, él no iba a dejar a _____ tirada en una situación como esta y por eso decidí pedirle ayuda a él primero. Claro que iría yo solo y tardaría menos tiempo, pero no podía hacerlo así. Me matarían antes de pisar una baldosa o tocar un ladrillo de donde quiera que esté.





- Llama a Dylan y yo llamaré a Zayn y a... Niall --dije respirando profundamente--.





Niall era otro hijo de puta que no quería ni ver; pero en situaciones desesperadas, medidas desesperadas. Otro punto de apoyo ahora mismo nunca está de más.



Hicimos lo que ordené, y en seguida tuvimos a los dos morenos y al rubio con nosotros.





- Es que sabía que iba a pasar algo, desde el momento en el que Troy volvió --dijo Liam gruñendo--.



- ¿¡Te quieres calmar!? Lo importante es _____. Se han llevado a mi princesa y tengo que recuperarla si quiero ser feliz lo que me queda de vida. La amo y la necesito. Ella es una persona importante para todos los presentes y me vais a ayudar a encontrarla. Sin rechistar.

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