jueves, 27 de marzo de 2014

Capítulo 5

Gente que conocía y que no había visto en mi vida iban entrando en casa de Dylan como un terremoto. A los cinco minutos ya se habían encargado de aniquilar todo rastro de chupitos, así que pasaron al plan B: atacar la nevera. No podía dejar de reír al ver a mis mejores amigos con cara de espanto al ver que dejaban todo tirado por el suelo y lo bruta que es la gente. 

- Liam, no seas soso y ven a bailar conmigo --le suplicó Alex--.
- Eso, Liam --le guiñé el ojo--.
- Agh, está bien --dijo finalmente--.

Me quedé bebiendo y hablando un poco junto a Dylan. Finalmente, no sé cómo llegamos a ese tema, conversamos sobre las audiciones de fútbol.

- ¿Louis y Harry fueron a las pruebas? --pregunté para que pareciera que no sabía nada del tema--.
- ¿Tomlinson y Styles? --dijo y asentí--. Sí, son realmente buenos en fútbol. Malik también se presentó, pero llegó media hora tarde. Admitimos a los tres porque necesitamos su ayuda, aunque sabemos que ellos se apuntan para así que cuente en su expediente y poder graduarse si van un poco apretados.
- Am. Osea, que ellos vendrán a esta fiesta --dije en conclusión--.
- Sí, pero no lo sé seguro. Dirán que son demasiado "cool" para venir a fiestas como estas --dijo sacando la lengua y me reí junto a él mientras ambos pasábamos la mirada por toda la sala--.
- Tendrás que controlar la parte de arriba --me reí al ver unos calentones y los señalé--.
- ¡Eh! --chilló--. No, esa es zona prohibida. El jardín está disponible --dijo y la pareja se quejó saliendo al jardín--.
- Se helarán fuera si continúan con lo que estaban haciendo hace solo un segundo --ahogué una risita.
- ¡Qué va! Estaban muy calentes --dijo--.
- Bueeeno, ¿has encontrado ya alguna chica que te interese por aquí? --pregunté refiriéndome a la busca de su conquista habitual de noche--.
 - Amm.. No, no especialmente --dijo moviendo la mirada por cada esquina de la fiesta--.
- ¿Qué te parece esa? --señalé una chica rubia que bailaba junto a una chica. Pintalabios rosa chillón y sombra de ojos azul era lo que más resaltaba de ella después de sus pechos y su pelo rubio mal teñido--.
- Demasiado artificial --dijo haciendo una mueca de asco. Ese era mi amigo. Mujeriego, pero objetivo--.
- ¿Aquella? --pregunté señalando a una morena delgada con un poco de pecas en su cara que iba ligeramente maquillada--.
- Perfecta --sonrió y se fue dejándome sola junto a la mesa de bebidas--.

Estuve por un momento mirado la fiesta, todo el mundo parecía divertirse. Liam y Alex bailaban muy pegados, sonreían como dos tontos enamorados. Por un momento quise ser ellos. Me desconcentré cuando noté una presencia a mi lado y una mano en mi cintura. 

- Bonita fiesta, eh --dijo el chico rubio con tupé a mi lado--.
- Ajá --dije quitando su mano de mi cintura y subí mi mirada a sus ojos azules. Azules como los de Louis--.
- Oh, perdona --se excusó--.
- No pasa nada --sonreí--.
- ¿Puedo saber tu nombre? --preguntó--.
- Claro --reí--. Me llamo _____.
- Encantado --dijo--. Yo soy Niall --dijo con un adorable acento--.
- Tu no eres de aquí, ¿cierto? --pregunté--.
- No, soy de Mullingar, en Irlanda.
- Interesante --dije con una mirada tímida--.
- No tanto --dijo con una sonrisa forzada--. ¿Quieres bailar?
- Por supuesto.

Entré en la improvisada pista de baile con su mano en mi cintura, que era ciertamente el amplio salón de la casa de Dylan sin la mesa central y con los sofás pegados a las paredes. Cuando llegamos a la pista, comenzó a sonar Braveheart de Neon Jungle.
Movía mis caderas al compás del rubio. Era actractivo, muy atractivo. Sus labios eran finos, pero a la vez malditamente deseables. Poco a poco nos íbamos acercando más, hasta pegar nuestros cuerpos completamente. "Braveheart, show me what you've got, gotta show me when the beat drops". Bailaba pausadamente, pero al ritmo de la música junto a él. La verdad es que me ha dadi una primera impresión muy educada, pero a la vez juguetón por el brillo de su mirada.

- Bailas realmente bien --le susurré al oído--.
- Tú tampoco bailas nada mal --susurró de la misma forma, pero algo más... sensual--.
- No pierdes el tiempo, eh.
- Por supuesto que no --dijo y comenzó a darme pequeños besos en el cuello, apartando mi cabello de él.

Varios pensamientos pasaron por mi cabeza. Uno decía que lo apartara, que yo no era de ese tipo de chicas. El otro pensamiento decía que no pasaría nada por una noche de diversión. Niall se veía un chico educado y refinado, pero a la vez extremadamente seductor y atractivo. Mi última opción fue la que decidí llevar a cabo al ver a Louis liándose con una chica, aunque eso no era para nada agradable para la vista. Estaba jodidamente molesta. 
Sin pensarlo dos veces, besé a Niall. Extrañamente me sentí mejor. No creo que lo pueda explicar mejor. No sé si fue su punto de picardía o sensualidad lo que me atrajo de él, pero no creo que esté en posición de hacerme un lío ahora mismo, así que solamente me dejé llevar.
En un abrir y cerrar de ojos, estábamos en el baño comiéndonos la boca el uno al otro. Yo estaba subida en el lavamanos, es decir, no dentro pero en el mármol de éste; y él me sujetaba con una mano mi cintura mientras su otra mano se posaba en mi costado izquierdo de mi rostro. Mis manos se posaban en su nuca, atrayéndolo cada vez más a mí. 

- Necesito lavarme las manos --dijo una voz molesta, haciendo que Niall y yo nos separáramos para mirar a esa persona. Y aquí estaba Louis--.
- Podrías haber subido al baño de arriba --gruñí mientras me bajaba del lavamanos y me acomodaba el pantalón corto--.
- Dylan nos tiene prohibida la entrada a la parte de arriba --dijo rodando los ojos--.
- Lávate las malditas manos --dije apartándome de su camino--.
- ¡Qué considerada! --dijo con clara ironía--.

Rodé los ojos y el sonido del teléfono de Niall sobresaltó al rubio. Contestó disculpándose un momento. Ahora éramos Louis y yo. Incómodo.

- Lo pasas bien, eh --dijo--.
- Tú tampoco es que lo estés pasando mal.
- Oh, te diste cuenta --dijo secándose las manos--.
- Ajá --dije asintiendo--.
- Bueno, ahora que estoy lo suficientemente borracho, te preguntaré algo.
- Dispara.
- ¿Porqué te apartaste ayer cuando quise besarte y hoy besas a Niall como si nada? --preguntó directo.
- ¿Conoces a Niall? --pregunté--.
- Sí, me alivia que al menos sepas su nombre. Contesta a la pregunta y no me cambies de tema--.
- Porque... Agh, no sé... Me apetecía besarle --dije simplemente--.
- Vamos, sé sincera, ambos sabemos que sé que tú te morías por besarme anoche --dijo confiado--.
- Es diferente.
- ¿Porqué?.
- Porque si te beso, me traerías problemas. Si beso a Niall, no hay ningún problema.
- A las chicas les gusta los problemas --"demasiado" pensé, pero simplemente me callé y rodé los ojos--.

Salí del baño. No tenía porqué seguir hablando sobre esto con Louis. ¿Se puede saber porqué le importa que no lo haya querido besar?. No puedo ser la única y primera que le ha rechazado a Louis. No cabe en mi cabeza. Dejé de pensar en el tema en cuanto una chica se me acercó corriendo.

- ¿Besa bien? --preguntó--.
- ¿Quién? --pregunté confundida--.
- Niall. Niall Horan --dijo emocionada. ¿Qué? ¿Era yo la única que no tenía ni idea de que Niall Horan existía en la faz de la tierra?--.
- Em... Sí, muy bien --admití--.
- ¿Sois novios? --preguntó un poco triste--.
- No --negué--. Sólo fueron un par de besos --"muchos" pensé--. No dramatices, mujer.
- ¿Entonces sales con Louis? --preguntó de nuevo un poco insistente--.
- ¿Louis? --dije deseando no oír su apellido--.
- Tomlinson --genial--.
- No, ni siquiera nos llevamos bien --admití de nuevo--.
- Dicen que te han visto un par de veces junto a él --alzó una ceja y comencé a cogerle odio a esta chica--.
- ¿Y? ¿A tí qué te importa? --dije esquivándola--.
- Dicen que jugar a dos bandas es muy sucio --dijo mientras me alejaba de ella. Esas palabras me dieron corage y me dí la vuelta para enfrentarla--.
- Yo no juego a dos bandas. ¿Tienes algún problema con que ambos me hayan hablado antes que a tí, elfo? --dije arrastrando la última palabra con remordimiento--.
- ¿A quién llamas tú elfo, idiota? --dijo y se cruzó de brazos, poniendo morritos. Ahí la reconocí, ella era la chica que se había estado besando con Louis tan desagradablemente esta noche--.
- A tí --dije riéndome por su pregunta. Obviamente su intento de intimidación no le había salido muy bien--.
- Eres una perra --dijo entre dientes--.
- Habló aquí la más indicada --sonreí--.

sábado, 22 de marzo de 2014

Capítulo 4

Fui corriendo hacia su moto, seguida de él y antes de que él subiera a ella después de mí, me limpié la sangre de mis labios con la manga de la chaqueta. El castaño subió a la moto y arrancó lo más rápido que pudo. Arrancó a una velocidad probablemente ilegal y me aferré a su espalda mientras que unas lágrimas involuntarias caían por mi rostro al recordar ese momento de pánico que había vivido hace unos pocos minutos, pero sin soltar ningún sollozo para no mostrarme débil ante Louis. Yo tenía que ser fuerte. Nunca había estado en este tipo de situaciones y ahora se me hace difícil creer que el chico que hace unas horas había llegado a odiar y vacilar, ahora estuviese aquí. Porque aquí estaba Louis, cuando menos me lo esperaba. Yo no había pedido ayuda, él simplemente me la ha dado. Pero el caso es que sigo sin entender el porqué.

Cuando estuvimos justo en frente de mi casa, bajé y limpié mis lágrimas rápidamente para que no se diera cuenta de lo que realmente me estaba pasando. Al final resulta que se ha acordado de mi dirección, y la verdad es que no me parece extraño teniendo en cuenta que justo ayer hizo el mismo recorrido. Yo sólo no quería que subirme en esa moto fuera un hábito. 

- ¿Estás bien? --me preguntó antes de darme la vuelta. Me quedé un poco perpleja ante su preocupación--.
- Sí, lo tenía todo controlado --dije intentando parecer fuerte--.
- Es irónico que digas eso cuando has estado llorando y tu labio está sangrando --dijo, debatiéndome--.
- ¿Sabes lo que es realmente irónico? --cuestioné--. Que el chico que me ha metido en problemas esta mañana me salve de ellos esta noche.
- Sí, realmente lo es --contestó después de soltar una pequeña grave carcajada--.
- ¿Cuál era el punto de derramar el bote encima mío? --dije enfadada--.
- Quería probar algo nuevo --dijo acercándose a mí--.
- Ah, ¿sí? --levanté una ceja en forma de cuestión--.
- Ajá --aseguró y cuando estuvo en frente de mí, limpió los rastros de sangre que habían quedado en mi labio y en mi cuello con su dedo--.
- ¿Qué querías probar exactamente? --traté de preguntar, ignorando la cercanía de nuestras caras y cómo lentamente se iba acercando a mí--.
- Algo como hacerte enfadar --susurró en mis labios--.
- ¿Para qué? --dije más confundida que antes--.
- Para ver si tienes el carácter suficiente... -dijo rozando nuestros labios, pero sin tocarlos--.
- Lo tengo --dije separándome y mirándolo a los ojos, mirando ahora su boca entreabierta y su ceño fruncido--. Gracias por ayudarme, supongo que ahora estamos en paz.

Me di la vuelta y cuando llegué a tocar el pomo de la puerta con mi mano, miré atrás y vi que Louis seguía mirándome, no se había movido ni un centímetro. Exactamente no me había aclarado si Zayn tenía algo que ver en este asunto, pero no me importa en absoluto, el caso es que el causante era Louis y con eso tenía suficiente. Lo miré sin expresión alguna y finalmente, después de esa comunicación visual, ambos nos dimos la vuelta. Yo para entrar en mi casa y Louis para irse en su moto.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

Me levanté con el sonido del despertador y bostecé. Hoy no tenía ninguna gana de ir a la escuela. Varias preguntas pasaban por mi cabeza relacionadas con el tema de Louis. ¿Le habrá contado a Zayn? Espero que no, es decir, le perjudicaría a él. No por haberme salvado, si no por haber estado a punto de besarme. Supongo que ahí fue cuando volví a la realidad, él sólo me había puesto a prueba para nada, porque le apetecía. ¿Es que acaso estaba loco?. 

Por suerte, esta noche había una fiesta que el capitán del equipo de fútbol (osea, Dylan) celebraba con su nuevo equipo. Era como un ritual, sus padres les dejaba la casa esa noche para hacer "la gran primera fiesta del equipo", la primera de muchas. 

- ¡_____! --se oyó la voz de Spencer de fondo--.
- ¿¡Qué?! --pregunté chillando--.
- ¡Ya he llegado! ¡Como no te des prisa, no llegas a la escuela! --chilló y fui corriendo a mi habitación para terminar de meter mis cosas en la cartera--. ¡Ah, y la estúpida cena la han adelantado! ¡Es el domingo!
- ¡Vale! --respondí. ¿Cena de trabajo el domingo por la noche? Pfff... No creo que pueda soportar mis ganas de dormir--.

Bajé corriendo las escaleras para después darle dos besos a mi hermana y salir corriendo de mi casa para no llegar tarde.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

 - A las nueve y media en tu casa, ¿no Dyl? --pregunté a mi amigo--.
- Sí, ¿podríais venir antes mejor? Para preparar las cosas y eso --dijo juntando sus dos manos en forma de súplica--.
- Ay, ¿qué harías tú sin nosotros? --dijo Alex pasándole su brazo por los hombros--.
- No lo sé --dijo él negando y riendo--.
- Yo estoy dispuesto a quedarme a dormir en tu casa si es necesario para recoger por la mañana --se ofreció Liam--.
- Sí, yo también me apunto --dije emocionada--.
- Pues yo también. ¿¡Qué remedio?! --dijo Alex--.
- Gracias, chicos --agradeció Dylan--. Tengo una habitación de invitados y la de mis padres libre. Elegid vosotros.
- La de tus padres para las chicas --choqué mi mano con la de Alex--.
- Vale, yo me quedo en la de invitados --dijo Liam haciendo puchero--.
- Chicas, las pruebas empiezan en cinco minutos, así que Liam y yo nos tenemos que ir --dijo Dylan--.
- Mucha mierda --dijo Alex--.
- ¡Suerte! --grité mientras se iban--.
- ¡Ey! Me acabo de acordar de que no tenemos trajes para la fiesta --me dijo Alex paranoica--.
- Solo es una fiesta, ponte unos simples pantalones y una camisa --dije con una cara de... "mujer, no te preocupes tanto, no vas a morir"--.
- No, no, no, me niego --dijo negando con la cabeza--. Tú y yo vamos a ir de tiendas, comprar el vestido perfecto, y vamos a llegar a casa de Dylan a tiempo.
- Espera --alzé una ceja--. ¿Esto no será porque quieres impresionar a alguien?
- ¿Qué? --dijo con la voz más aguda de lo normal--. Yo no... Yo no quiero impresionar a nadie, sólo quiero ligar como en todas las fiestas --dijo convenciéndose a sí misma más que a mí--.
- Como tú digas, Alex --dije rodando los ojos--.
- ¡Oye! ¡Que sí! --dijo a la defendiva--.
- ¡Si te he dado la razón! --reí--.
- ¡Eso era sarcástico! --dijo cruzándose de brazos--.

En eso veo a Harry y Louis entrando al colegio a la vez que Alex y yo salíamos. Ambos iban con el chandal del equipo de fútbol del colegio, así que asumí que iban a las pruebas del colegio. Iban deprisa, pero cuando estuvieron delante nuestra, pararon. Ni rastro de Zayn. Perfecto.

- ¿Nos vais a desear suerte? --preguntó Louis con una sonrisa pícara--.
- Claro --dijo Alex un poco molesta. Ella odiaba a los chicos descarados casi tanto como yo--.
- ¿Iréis a la fiesta? --preguntó Harry esta vez, ignorando completamente lo que dijeron Alex y Louis--.
- Como para no ir. Es en casa de nuestro mejor amigo --dijo Alex un poco mejor al conversar con Harry--.
- Allí nos veremos, entonces --sonrió Harry seductor--.
- Nos vemos, Alex --dijo Louis--. Y Asiria.
- ¿Qué? --preguntó Harry confundido--.
- Lárgate. Llegas tarde --hablé por primera vez molesta con Louis--.
- Hasta luego --dijo Louis y ambos se fueron corriendo--.
- ¿A qué ha venido eso? --preguntó Alex. Me encogí de hombros--.
- Ni lo sé ni me importa --dije sencillamente--.
- ¿Qué te pasa? Pareces molesta --dijo--.
- No he tenido un buen día.
- Pues vamos a alegrarlo con una sesión de compras.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

Nos tiramos como dos horas para encontrar el "vestido perfecto" para Alex. A mí simplemente no me gustaba la idea de arreglarme, así que me compré algo de mi idea inicial. Era una camisa blanca con unos pantalones morados cortos que llevaban algunos detalles en los bolsillos dorados y unos tacones negros. Alex se tiró un montón de tiempo buscando su vestido. Yo sabía que ella quería impresionar, pero se negaba a admitirlo cada vez que le preguntaba. Su decisión final fue un vestido azul celeste pegado al cuerpo con un poco de vuelo y unos tacones a juego. Ella se maquilló excesivamente para mi gusto. Yo me dediqué a hacerme la raya, ponerme un poco de rímel y un brillo de labios.

- ¡Vamos a pasarla bien! --chilló, abriendo la habitación de los padres de Dylan para salir--.
- ¡Chicas! ¡Si ya estáis, ayudadme con esto! --chilló la voz de Liam desde abajo--.

Ambas bajamos las escaleras y Liam se quedó mirando a Alex sin disimular. Ella se puso inmediatamente roja. Sí, ella quería impresionar a Liam. Siempre supe de la complicidad entre mis dos mejores amigos, pero luego pienso en las consecuencias de que todo salga mal entre ellos y pienso que es una pena porque harían una bonita pareja. De todas formas, me alegraría mucho verlos juntos.

- ¡_____! --me llamó Dylan desde la cocina, haciendo ademán con la mano--.

Me reí. Sé exactamente lo que quería hacer. Me acerqué a él y cerramos la puerta de la cocina. Él también sabe de Liam y Alex, cualquiera con dos ojos en la cara se daría cuenta. Pegamos los oídos a la puerta para escuchar la conversación entre mis dos mejores amigos, pero nada. El muy soso de Liam sólo la alagó. Claro, qué esperaba. Él siempre fue un chico tímido en cuanyo a chicas se refiere.

- ¿Lista para enloquecer? --me preguntó Dylan--.
- Nací lista --sonreí--. Vamos a hacer la mejor fiesta de la historia --levanté la palma de mi mano, chocándola con la de Dylan.

lunes, 17 de marzo de 2014

Capítulo 3

Miré el aula antes de salir y fulminé con la mirada a Louis, el cual parecía hasta divertido. Cómo no. Había caído en su trampa. La estúpida e impulsiva _____ había caído en la trampa de "el chico nuevo no puede hacer nada". ¡Joder!. Zayn sabía bien cómo provocarme y no dudó en hacerlo. Ya me advirtieron. Y encima creí que Louis podía ser mi "algo". ¡Por dios!. Sólo lo conozco de dos días y ya estoy en problemas. ¡Maldita sea! No puedo dejar de maldecir.
Me dirigí al despacho del director, donde llamé a la puerta y todo el coraje que tenía aumentó al darme cuenta de la realidad del asunto. Al parecer el objetivo de estos días de Zayn voy a ser yo. Él siempre se dedica a molestar a la gente sólo por diversión. Recibí un "adelante" desde dentro, y entré. El director pareció sorprendido por mi visita al verme.
- _____ --dijo--. Adelante --pasé y me senté en una silla--. ¿A qué se debe tu visita?
- Me hecharon de clase --dije en voz baja. Normalmente yo destacaba por buen comportamiento, no por este tipo de cosas--.
- ¿Qué hiciste? --preguntó--.
- Me calló un frasco de química encima y me puse histérica --dije sin ninguna expresión en la cara, esperándome la mayor bronca de mi vida. Pero no fue así--.
- El profesor me envió una nota antes de que llegaras. Tendrás que quedarte en el aula de castigados hoy y mañana --dijo y asentí. No tenía más ganas de discutir por hoy--.
Bien, eso fue fácil. Me levanté de la silla y sonó el timbre que indicaba que era hora de nuestro descanso. Salí del despacho y me dirigí a mi taquilla con las intenciones de dejar la mochila y coger algo de dinero para comprar en la cafetería y encontrarme allí con Liam, Dylan y Alex como solíamos hacer. Cuando cerré la taquilla, la rabia volvió a apoderarse de mí al ver a Taylor junto a Louis coqueteando en uno de los casilleros cerca de la salida. Tenía que pasar por delante suya sí o sí.
Traté de no mirar lo contenta que parecía Taylor y lo molesto que parecía Louis. Era bastante divertido. Taylor no hacía más que agobiarlo, pero Louis no hacía nada para apartarla o impedirlo. Eso sí, la cara de asco no se la quitaba nadie. No es personal, pero supongo que no a todos los chicos les suele gustar las chicas que se comportan como perras. Ambos se dieron cuenta de mi presencia al pasar y Taylor no dudó dos veces en hablar mientras Louis sólo me miraba.
- ¿La pasaste bien en lo del director? --preguntó riéndose--.
- ¿Y a tí que te importa? --dije a la defensiva--.
- Eh, fiera, calma --dijo llevándose las manos al pecho--. Yo sólo hice una pregunta --dijo, ovbiamente haciéndose la inocente--.
- Eres una perra --dije entre dientes--. La pasé mejor con el director que contigo ahora.
- Qué pena, porque yo la estoy pasando muy bien aquí --dijo y miré a Louis con una sonrisa cínica en la cara--.
- Cierto, siento haberos interrumpido --dije con sarcasmo y me dí la vuelta para irme de allí cuanto antes--.
Escuché la estúpida risa de Taylor y me dí la vuelta para verla rierndo histéricamente demasiado cerca de Louis. No sé ni porqué me importa, no debería, pero lo hace. Nunca creí en el primer amor, pero mis espectativas sobre éste tampoco eran precisamente las que estoy viviendo. ¿Es que no me puede tocar un chico normal? Sólo uno pido. Fui hacia Dylan, Alex y Liam que estaban conversando. Antes de acercarme a ellos, pedí un batido caliente en la cafetería y cuando me lo dieron, entonces fue cuando me acerqué.
- ¿Cómo te fue? --preguntó Alex cuando me senté al lado de Dylan--.
- Asquerosamente bien --dije dándole un sorbo a mi batido--.
- ¿Y eso? --preguntó Liam--.
- Me castigaron, por eso es asqueroso, pero no tanto como esperaba, por eso fue bien --dije con una sonrisa cálida--.
- Me asustó hasta a mí tu reacción --me dijo Dyl--.
- Lo sé, pero no vísteis la cara de Zayn, en serio, ese chico lo planeó todo para que perdiera la cabeza --dije muy convencida y enfadada--.
- Puede ser, pero no deberías acercarte a ese grupo de amigos, yo te avisé --dijo Liam recostándose sobre el respaldo de la silla y encogiéndose de hombros despreocupado--.
- Sí, ahora es cuando te digo que tenías razón --rodé los ojos--.
- Es difícil no acercarse cuando el chico nuevo está como un queso --dijo Alex relamiéndose los labios, ganánose una mirada fulminante por parte de Liam y una carcajada por mi parte--.
-Hablando del chico nuevo, se va a apuntar a las audiciones del equipo de fútbol. Al parecer él formó parte del equipo oficial de Doncaster --informó Dylan--.
- Cierto, las pruebas son este viernes --se recordó Alex--.
- Tienes trabajo entonces, eh, capitán --bromeé pegándole un codazo a Dyl--.
- Sí, algunos de los que se presentan son realmente malos --bufó--.
- Ey, Liam debería apuntarse --dijo Alex--.
- No, no, no, y mil veces, no --dijo negando con la cabeza--.
- Todavía recuerdo cuando jugábais Dylan y tú al fútbol mientras nosotras nos pintábamos las uñas y hacíamos cosas de chicas cuando éramos pequeños. Jugabas muy bien, Li --intenté animar--.
- Sí, además si te presentas sabes que tienes una plaza seguro --dijo Dylan levantando las cejas--.
- Vamos, Liam --supliqué--.
- Será divertido --dijo Dyl--.
- No --se negó. Miré a Alex, indicandole que era su turno para intentar convencerle. Ella no lo sabe, pero Liam no se puede negar si ella se lo pide--.
- Por favor, Liam --suplicó poniendo las manos como si estuviera rezando y haciendo pucheros--.
- Está bien --choqué la mano con Dyl--. Pero con una condición --lo miramos--. _____ y Alex tendrán que venir a todos los partidos.
- Hecho --Alex acordó con Liam--.
- Me parece justo --resoplé--.
- Todo acordado entonces --dijo Dyl sonriendo--.
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Estaba sola en casa. Como siempre. Spencer se fue a lo de su novio esta noche, dejándome a mi sola en casa. Cualquier chica adolescente salvaje invitaría a sus amigas a pasar la noche o incluso montaría la fiesta del siglo, pero yo no. Me quedé aburrida pensando en qué hacer cuando me acordé de que tenía que devolver un libro a la biblioteca que más acababa de terminar y hoy se acababa el plazo de devolución. Tenía que ir hoy sí o sí.

Cuando salí de mi casa, el cielo ya estaba oscuro y las farolas ya habían comenzado a alumbrar las calles, debería haber devuelto el libro antes. Comencé a andar sobre las sucias baldosas hasta que llegué a la biblioteca. Para mi suerte, quedaban 10 minutos para cerrar, el tiempo suficiente para devolver el libro. Entré a devolver mi libro rápido y cuando salí, la noche ya había caído. Daba hasta miedo.

Comencé a andar por las calles rápidamente, casi corriendo, intentando llegar a mi casa lo antes posible. De repente sentí unos pasos detrás de mí y me asusté. No voy a decir que no me asusté porque sería completamente subrealista. Las pisadas se sentían cerca e iban al compás de las mías. Intenté andar más rápido, pero eso sólo ocasionó que la persona que tenía detrás acelerara sus pasos también.

- Oye, nena, ven aquí --dijo una voz grave desde detrás. Comencé a correr, pero la persona de detrás me agarró de la muñeca y tiró fuertemente de mí, haciendo que quedáramos cara a cara--. ¿Pensaste que te librarías?

Hice una mueca de asco al sentir el olor del alcohol en su aliento. Era repugnante. Debido a la oscuridad de la callé, no logré analizar el rostro del desconocido. Un escalofrío se apoderó de mi cuerpo y esa persona sonrió ante mi reacción, mostrando un poco de unos dientes amarillentos. Forcejeé, intentando escaparme de su agarre, pero agarró con sus manos mi cadera, juntando nuestros pechos y lo único que pude hacer fue retorcerme en sus brazos mientras intentaba librarse de mi chaqueta. Traté de pegarle varios golpes, pero no funcionaron, él sólo reía.

- Suéltame --demandé--.
- Vamos, te haré disfrutar --dijo mientras dejaba besos en mi cuello acompañados de mordeduras que me hacían gritar de dolor--.

Me obligaba a besarle, mordiendo mis labios con extremada violencia, haciendo que estos sangraran y mi garganta emitía gemidos de dolor. Cuando al fin logró deshacerse de mi chaqueta, parece que su nuevo objetivo fue mi camiseta. Estaba intentando sacarla, agarrándome con una mano mi cintura cuando una voz familiar habló.

- Suéltala --dijo la voz a mis espaldas. Agradecí mentalmente a aquel que habló--.

El hombre levantó la vista de mi cuello, parte de la que se había ocupado por un momento y miró, haciendo que se aflojara su agarre de la cintura, pero aún así era fuerte. Estoy segura de que quedará una marca en esa zona después de esto. Lo siguiente que sentí fue que el hombre fue apartado de mí bruscamente porque recibió un puñetazo en la cara, el cual rozó mi pelo, dándole en toda la frente. Debido al impacto del golpe, e soltó y calló hacia atrás. Me dí la vuelta, viendo a unos ojos azules inconfundibles.

- ¿Louis? --susurré--.
- Coge tu chaqueta, vamonos antes de que se me vaya la olla y mate a ese hombre a golpes --dijo con un tono demandante--.

No lo cuestioné más, cogí mi chaqueta y me la puse lo más rápido que pude. 

- Sube a la moto --volvió a ordenar, dándole otra patada al borracho tirado en el suelo, el cual seguía tocándose la frente--.

Fui corriendo hacia su moto, seguida de él y antes de que él subiera a ella después de mí, me limpié la sangre de mis labios con la manga de la chaqueta. El castaño subió a la moto y arrancó lo más rápido que pudo.

sábado, 15 de marzo de 2014

Capítulo 2

Estábamos en última hora de clases y sonó el timbre. Para mi desgracia, todos tenían coche menos yo, ya que tenía un pequeño trauma con los coches. Liam se ofreció para llevarme, pero me negué y dije que iría andando. Mala elección. Comenzó a llover muy fuerte y comencé a empaparme. Mi ropa estaba completamente mojada y mi pelo se comenzó a pegar a mi rostro. Eso era lo malo de que mi casa estuviera lejos, pero no lo suficiente como para poder coger un autobús. El sonido de una moto me sobresaltó y me volteé. La moto llegó hasta mí y me asusté un poco, pero me relajé al reconocer esos ojos azules que he estado observando el día de hoy.

- Asiria --se rió. Era la primera vez que lo oía reír--. ¿En serio creíste que me creería ese nombre raro? --preguntó y me tensé. 
- Pues es como me llamo --tragué saliva--.
- Mentirosa... Me gusta --declaró. Y me quedé parada como una estatua, mirandole fijamente a los ojos--.

Intenté ignorarlo, haciéndome la ofendida y siguiendo mi camino. Al parecer la lluvia no quería cesar y todavía sentía el frío apoderándose de mis huesos. Su moto volvió a pararse a mi lado y lo miré mientras me abrazaba a mí misma.

- Te puedo llevar --se ofreció--.
- Creía que eso no iba con tu aspecto de chico malo --dije un poco sorprendida--.
- Puedo hacer una excepción --me miró a los ojos y pude ver algo en él en lo que nunca me había fijado en los demás chicos. No sé que es, pero me atrae--.
- Bien --hice un intento de sonrisa y me subí en su moto--.

La verdad es que las motos no me agradan para nada, pero en algún momento de la conversación anterior, Louis me hizo olvidarme de ello para montarme en la moto. Me subí y me agarré a él fuerte, pero cuando arrancó me agarré más fuerte aún. Le susurré mi dirección mientras que la moto estaba en marcha, con miedo de caer. Cuando llegamos a mi casa, solo chispeaba. Me bajé de la moto y lo miré.

- Gracias --me limité a decir--.
- De nada --dijo y arrancó el motor--. Nos vemos mañana, _____.

Me quedé mirando cómo desaparecía por la calle. Sabía mi verdadero nombre y yo había quedado como una estúpida, pero todavía había algo que no entendía. ¿Porqué sabía mi nombre? Claro que le podía haber preguntado a Zayn o Harry... Sí, será eso. De todas maneras, su acción anterior me tiene muy desconcertada, ¡se supone que es un chico malo! Agh, lo peor es que sólo lo conozco de un día y ya ocupa mi mente más de la mitad de las horas que éste tiene. 

Decidí pasar un poco del tema y dejarlo ir aunque sea por un par de horas. Dios, estoy tan cansada... Y encima sigo mojada. Me aplaudí mentalmente. Entré en mi casa y mi hermana mayor me saludó sin prestarme mucha atención. Mis padres no estaban en casa, ¡qué sorpresa!. Nótese la ironía. Mis padres casi nunca estaban en casa, siempre viajaban y siempre que vienen a casa a la mañana siguiente se tienen que marchar o como mucho se quedaban una semana. Mi hermana era el único apoyo que tenía el día a día. Siempre me siento con ella en la cena y conversamos de temas triviales. Me ayuda en mis estudios, e incluso me ayuda con el tema "chicos". Quizás de ella había sacado esa manera tan fuerte de pensar sobre ellos. Todavía recuerdo una historia que me contó de cuando ella tenía mi edad. Dice que un día llegó un chico que sólo traía problemas y que acabó haciendola mucho daño. ¿Irónico? No lo creo. Eso es lo que me asusta de la llegada de Louis. La atracción inmediata y la comunicación visual que habíamos mantenido hoy me asustaba porque no quería que la historia de mi hermana se repitiera conmigo. Cuando me quise dar cuenta ya estaba pensando en él. Otra vez.

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Me levanté con ganas de ver a Louis de nuevo para poder conocerlo más a fondo, aunque juzgando la manera en la que me trataba Zayn y su reputación, en mi interior yo sé que mucho no lo voy a conocer, eso está claro. Pero yo me hacía ilusiones de todas maneras. Me vestí con una camiseta de la bandera de EEUU, unos vaqueros y unas botas. Me recogí el pelo en una cola de caballo, ya que no tenía muchas ganas de peinármelo y bajé a desayunar.

- Buenos días Spence --le dije a mi hermana. Su nombre real es Spencer, pero yo la llamo Spence--.
- Buenos días, _____ --me respondió--.
- ¿Me puedes llevar hoy o...? --comencé a decir--.
- No, tendrás que ir andando, hoy tengo que llegar un poco antes --sonrió apenada--.
- Okay, no te preocupes, ya recuperaremos tiempo --sonreí cálidamente--.
- Mamá dijo que la semana que viene vendrán a pasar aquí unos dos o tres días aquí para una cena de negocios y luego se iban. Según ella debemos asistir porque es muy importante o no sé qué... No presté mucha atención --dijo restándole importancia--.
- Está bien --respondí indiferente.

Últimamente mis padres nos pedían ir a sus cenas de negocios con ellos debido a la escasez de tiempo que podemos pasar juntos como una "familia" por lo que no teníamos elección. Debíamos ir, para unas pocas veces que vienen, sería mejor no darles ningún disgusto, fueran las cenas un tostón o no.

- Me voy ya al trabajo. No tardes en llegar mucho. Si necesitas algo, llámame --dijo apurada, dándome un beso en la mejilla y desapareciendo por la puerta. Estaba sola. Otra vez--.

Cogí los libros y las llaves para salir. Cuando abrí la puerta, el viento frío azotó mi rostro y me maldecí interiormente por no llevar ninguna capa más para cubirme, pero no podía volver a entrar en casa o llegaría tarde. Entonces recordé que tenía biología a primera hora. ¿A quién le importa la biología? Subí a por un abrigo verde que me había comprado hace poco y cogí un gorro de lana por si acaso. Volví a salir y decidí darme el carrerón de mi vida para llegar por lo menos cinco minutos tarde o no me dejarán entrar a clases. Yo soy una maniática con eso, al principio pienso que no tengo ninguna gana y después me arrepiento pensando en las consecuencias. Corrí por las calles lo más rápido que mis piernas me permitían y decidí que debería hacer más deporte. Oh dios, realmente necesitaba ponerme en forma o no creo que llegara a los cincuenta años si tengo que seguir corriendo así. 

Al final resulta que llegué unos quince minutos tarde, por lo que no me dejaron entrar a clase. La siguiente clase era química, así que entré cuando me aseguré de que todos estaban dentro y me senté en una de las mesas del fondo, sin compañero al lado al ver que Dylan estaba con una animadora intentando hacer sus "tácticas" de ligue y Liam estaba junto a Alex intentando hacer lo mismo, sólo que mi amiga es mas dura y estúpica en cuanto hay que captar indirectas, cosa que me parece gracioso. Entonces me acordé del moreno al no verlo por la clase, ni a él ni a Zayn ni Harry. De pronto vi su cabellera marrón seguido del pelo negro del morocho y los rulos morenos del rizado. Su mirada recorrió la clase y sonrió al ver un asiento libre al lado mío. Le susurró algo a sus amigos y se acercó, mientras que los otros ocupaban la única mesa libre.

- ¿Llegaste bien a casa? --preguntó cuando se sentó--.
- Me llevaste tú --dije--.
- Lo sé --dijo sin más-- era por hablar de algo.
- No tienes porqué hablar conmigo --dije un poco seca, aun sin intenciones de que sonara de esa forma--.

Él sólo asintió y miró al profesor que había comenzado a dar la clase dándonos las explicaciones sobre el tipo de experimento que haríamos hoy mientras murmuraba algo que no fui capaz de oír. Preparamos los jarrones y todo sin hablar, este chico era duro cuando quería, pero yo solo le había dicho la realidad. Es decir, si es amigo de Zayn, no necesita hablar con alguien inferior a él. Cuando se trata de lógica que no me cuadra, me estreso tanto...

- Mete el líquido del frasco 3 junto al del frasco 2 a la vez --me ordenó Louis--.
- Ok --dije y lo hice--.
- Ahora se supone que... --cogió el líquido 5 y "sin querer" me lo derramó encima.

El líquido estaba frío y se expandía en la tela de mi camiseta. Miré a Louis mal, muy mal. Intenté calmarme, pero mis intentos fueron en vano.

- ¡Me cago en la puta! --chillé, acaparando la atención de todos los alumnos de la clase, e incluso de Zayn y Harry, lo cual el primero miraba la escena con una sonrisa satisfactoria, como si estuviese todo planeado--. Fuiste tú, ¿verdad? Tú hiciste que me hiciera esto para que yo hiciera el mayor ridículo de la historia --dije cuando estuve a la altura de Zayn, el cual sólo rió-- ¡Eres una sucia rata! --dije sin importarme los demás, ni siquiera el profesor.

Raras veces se me veía a mí actuando de esta manera, insultando a la gente y chillando. El profesor quedó asombrado por mi actitud.

- Al despacho del director. ¡Ahora! --dijo furioso y recogí mis cosas de mala gana, casi metiéndolas con violencia en mi mochila--.

Miré el aula antes de salir y fulminé con la mirada a Louis, el cual parecía hasta divertido. Cómo no. Había caído en su trampa. La estúpida e impulsiva _____ había caído en la trampa de "el chico nuevo no puede hacer nada". ¡Joder!. Zayn sabía bien cómo provocarme y no dudó en hacerlo. Ya me advirtieron. Y encima creí que Louis podía ser mi "algo". ¡Por dios!. Sólo lo conozco de dos días y ya estoy en problemas. ¡Maldita sea! No puedo dejar de maldecir.

Capítulo 1

(Narras tú)

- ¿Quién es él? --le pregunté a mi mejor amigo.
- Louis Tomlinson --contestó y me miró, lo que me hizo apartar la mirada del atractivo y sensual chico--. Ni se te ocurra acercarte a él. Es mala gente --me advirtió y asentí.
- No será un problema --dije segura.
Tragué saliva y le sonreí a Liam. Él sabía perfectamente que ese tal Louis me había atraído. Dios, pues claro que me había atraído, ese chico era la representación gráfica de un dios griego en tierra. El timbre que indicaba que teníamos que entrar a clases sonó y me separé de Liam para buscar a Alex, la cual tenía la primera hora de la mañana clase conmigo y él se quedó para esperar a Dylan a la entrada. La encontré hablando con un chico justo delante de mi taquilla... Harry me dijo que se llamaba, el cual, por lo visto, era parte de la banda de Zayn el chico más... ¿Cómo describirlo? Malo, salvaje, problemático, y hasta misterioso de la escuela entera. La mayoría de la escuela lo llama por su apellido porque así él lo pedía, pero yo lo llamaba Zayn porque me gustaba hacerlo enfadar.
- Hola --saludé cuando llegué al lado de Alex y Harry--.
- Hey, _____ --saludó Harry con un abrazo, al que correspondí extrañada--. ¿Qué tal?
- Bien, supongo --hice una mueca--. ¿Y tú?
- Bien también. ¿Sabes? Alex y yo estabamos hablando sobre un nuevo compañero amigo de Zayn que ha llegado nuev...
- Harry, nos vamos --dijo Zayn interrumpiendo y llegando a mi lado junto a Louis. Su presencia en seguida me tensó por completo--.
- Em, sí, claro --dijo asintiendo un poco asustado por la reacción de su amigo--. Nos vemos luego Alex.
Harry ni siquiera se despidió de mí. Genial, qué caballero. Me destensé al no notar a nadie a mi izquierda, pero Alex tenía la mirada clavada en algo a mi derecha. Inmediatamente me volví a tensar y giré mi rostro lentamente para encontrarme con Louis, ¿qué hacía aquí?.
- ¿Hola? --pregunté tratando de no sonar borde. Él me miró con una sonrisa de autosuficiencia--.
- Hola --dijo sensualmente. ¿Qué pretendía? Liam ya me había avisado de él, por muy atractivo que sea, no me dejaré llevar--. Me llamo Louis.
- Lo sé --dije tratando de restarle importancia. Alex sólo observaba la escena con los ojos abiertos de par en par--.
- Así que lo sabes --dijo él acercándose un poco más a mí, rozando su pecho contra mi brazo. Asentí--. Entonces sólo me falta saber el tuyo --sonrió sabiendo que su cercanía me incomodaba.
- Asiria --se apresuró a contestar Alex. La miré sorprendida--.
- ¿En serio? --preguntó él incrédulo. Asentí rápidamente--. Bien, nos vemos... --dijo escabulléndose de la situación, lo que me llevó a por fin que mi cuerpo llegue a su completa calma.
Guardé todo lo que traía en mi cartera en mi taquilla y saqué los libros que necesitaba para mi respectiva clase, para después mirar a Alex con cara de confusión mezclada con enfado, ¿porqué le había dicho a Louis que me llamaba Asiria? Empezando porque es el nombre más raro que he escuchado nunca y terminando porque ahora el sexy Louis Tomlinson me conocerá por "la chica con el raro nombre que ni siquiera me acuerdo". Es decir, no es que me moleste ni mucho menos que me afecte, pero... ¿A quién a parte de a Alex se le ocurre hacer semejante tontería? A parte de a mi mejor amiga, claro.

- ¿Porqué? --me limité a preguntar--.
- ¿Porqué qué? --contestó sin pillar mi punto--.
- ¿Porqué no le has dicho a Louis mi verdadero nombre? --dije rodando los ojos--.
- Porque está divino --sonrió--.
- ¿Y? --pregunté--.
- Y te estaba coqueteando y no te conviene y sé que no quieres problemas --dijo rápido sin pausar--.
- Es curioso, Liam también me advirtió de él --dije--.
- Lo sé, si Louis Tomlinson es conocido por algo, es por ser problemático --dijo ella--. O al menos, eso me dijo Harry.
- Cuéntame más de él --le pedí--.
- Bueno, como yo soy una chismosa y me entero de todo, sé que Louis ha ido a comisaría unas cuantas veces. La razón por la que lo llevaron a la comisaría la desconozco, pero sí sé que sus padres son de los más ricos de la ciudad y le pagan la fianza siempre que lo ingresan por lo menos cada dos semanas --me informó--.
- ¿Dices que son adinerados? --pregunté incrédula--.
- Ajá --asintió--.
- No lo parecen --me limité a decir mientras que ambas mirábamos a Louis que estaba hablando con Zayn, Harry y unos cuantos amigos suyos--. No lleva específicamente ropa de marca --resalté--.
- Lo sé. Eso suele llamar la atención --dijo--. Ha cambiado unas cuatro veces de instituto y ha estado en dos internados. Se dice que no puede permitirse acumular muchos castigos o que lo expulsen porque es último año y eso afectaría negativamente su expediente. Pero aun así, es sexy.
- Wow, wow, wow --dije--. Mucha información, procesando... --dije exagerando--. Me estás diciendo que es sexy --afirmé, pero sonó un poco a pregunta--.
- No lo puedes negar --me miró pícara--.
- Vale, vale, no lo puedo negar --dije riendo--.
- Vamos mejor a clase antes de que se deleite con nuestra presencia todo este pasillo --dijo con aires de diva--.
- Sí, mis zapatos son demasiado exclusivos para pisar este suelo --reimos juntas--.

Entramos en clase de matemáticas y divisamos a Liam y Dylan en dos mesas al final de la clase. Nos acercamos a ellos para después sentarnos en las dos mesas de delante. Nos dimos la vuelta para hablar directamente con ellos. Me quedé mirando cómo Harry, Zayn y Louis entraban seguidos de mucha gente al aula, ignorando los comentarios de Liam y Dylan hacia lo horrible que se había peinado Zayn esta mañana. Se sentaron en la otra esquina del aula, pero al final, de manera que quedamos nosostros cuatro separados de ellos. Vi como Louis se sentó en la mesa paralela a nosotras y dejando una mesa libre a su lado que rápidamente fue ocupada por Taylor. Taylor es la chica más materialista, plástica y perra que he conocido en mi vida. Cada semana, una cita. No entendía cómo se podía ser tan... Así. Y esa es una de las razones por las que la odio. Se puede decir que el odio es mutuo, ella va con su grupo y yo con el mío, pero había una tensión tremenda entre nosotras. Digamos que de pequeñas fuimos muy amigas, pero ahora somos las mayores enemigas del planeta. No recuerdo bien el motivo de nuestro enfado, simplemente empezamos a odiarnos. Vi cómo él hacía un intento de sonrisa, aunque en eso se quedó: un intento. Ella se acercaba más y más a él, levantando su gran pecho para destacarlo de esa manera. Digamos que esa era su manera de empezar a calentar a alguien. Louis parecía incómodo y me parecía divertida la situación. Él me miró con resignación y una sonrisa pícara al ver que lo estaba observando. Este chico me llamaba la atención, y mucho.

- ¡_____! --me llamó Liam de nuevo, sacándome de mis pensamientos sobre Louis por segunda vez en el día--.
- ¿Qué? --dije viéndome forzada a apartar la mirada de los ojos azules de Louis y concentrarme en el rostro de Liam--.
- Te estoy viendo --se rió--. Sé cuando un chico te llama la atención --me susurró al oído, pero pude oír la estúpida carcajada de Dylan, así que lo había oído--.
- Am... -pensé una excusa rápida--. No seas tonto. Me estaba acordando de una cosa --dije intentando salir del aprieto--.
- ¿Ah, sí? ¿Cuál? --Liam sonrió. Sabe cuando miento--.
- Cuando la maravillosa de Alex le dijo a Louis que me llamaba Asilia o algo así. Ya ni me acuerdo --solté una carcajada pequeña.
- Es Asiria --contestó ella resignada--.
- Más o menos lo mismo --reí junto a ella--.
- ¿Porqué hiciste eso? --preguntó Dylan a Alex un poco confuso--.
- Porque el chico está que te mueres --dijo Alex orgullosa de su respuesta. Pude ver cómo el rostro de Liam se llenaba de celos lentamente y me reí en mi interior--.
- Sé cuando una chica te gusta --le susurré a mi mejor amigo al oído mientras que Alex hablaba de lo bien que le marcaba el culo esos pantalones--.
- Estás delirando --respondió--.
- Sí, lo que digas, Payne --me reí--.

En ese momento, el profesor entró en la clase haciéndome girar para comenzar la clase de matemáticas, aunque mi vista no podía despegarse de Louis y Taylor y la graciosa escena que se formaba en mi interior al ver que él la esquivaba de alguna manera y ella no hacía más que buscarlo. En un momento, se dio cuenta de que lo observaba y me guiñó un ojo, haciendo que me sonrojara.