domingo, 7 de septiembre de 2014

Capítulo 20

(Narras tú)


Me reí junto a Niall. No lo pude evitar. Lo que había empezado como una cena incómoda, acabó como algo bonito y lindo.


- Estoy llena --dije rendida, dejando la mitad del brownie de chocolate en mi plato--.

- Que poco aguante tienes --respondió el rubio negando con la cabeza--.

- Oh, gracias --dije sarcásticamente, moviendo mi pelo con un aire chulesco. Él respondió con una risita grave por su parte--.

- Anda, déjame terminarme esto. Anda que dejarte la mejor parte de la comida... --se quejó--.

- Eh, para nada estoy de acuerdo --dije negando con la cabeza--. La mejor parte de la comida son los platos principales, ya que están mucho más elaborados --le llevé la contraria--.

- No, lo mejor es el postre porque es lo más dulce --dijo limpiándose con la lengua el chocolate que quedaba en sus labios. Yo no pude evitar mirarlos--.

- Los platos principales son más sanos y tienen más sabor --rebatí yo--.

- ¿Vamos a discutir sobre esto? ¿De verdad? --se rió y yo también--.

- Era un debate muy igualado --comenté--.

- Sí, claro --dijo riendo. Se veía lindo cuando reía--.

- Tonto --le saqué la lengua--.


Definitivamente estaba de buen humor.

- Bueno, voy a pagar --anunció en cuanto terminamos de cenar--.

- ¿Cuánto te debo? --pregunté, buscando mi bolso para sacar unos billetes--.

- Nada, pago yo --ofreció--.

- De eso nada, aquí pagamos los dos. Yo también he cenado --le recordé--.

- No --se negó rotundamente. Dios, era como Louis--.

- Oh, vamos --me quejé--.

- No --volvió a negar y fue rápidamente hacia dentro del "restaurante-discoteca" para pagar--.


Me reí y lo dejé ir. Y entonces, en la soledad del ambiente me acordé de mi ángel. Mi Louis. ¿Se podían vivir momentos malditamente adorables con dos personas de la misma manera? No, la respuesta era no. Si algo estaba claro sea que Louis me hace reír y querer más de él. Niall me hace divertirme y desconectar un rato de mis problemas personales. Pero hay algo que no puedo negar; Niall en principio sólo fue un lío (o rollo, calentón... Como queráis llamarlo) de una noche mientras que Louis para mí siempre significó algo más.


- ¿Vamos? --preguntó Niall ofreciéndome su brazo--.

- Claro --dije después de aceptar su agarre--.


Iba a salir hacia afuera, ignorando la pequeña pista de baile colocada en frente del bar cuando Niall me habló.


- ¿Quieres bailar? --preguntó--.

- Sí --dije seca, sin saber realmente rechazarlo--.


Dios, ¿por qué se me hacía tan duro rechazarle un acercamiento?. Es como si la palabra "no" no existiera cuando estoy junto a Niall.

El rubio me dirigió a la pista, y comenzamos a bailar al ritmo de "Lach" de Disclosure. "Now I've got you in my space [...] I'm latching all of you [...] I think we're close enough". Fue como si esta canción describiera todo lo que Niall quería decirme. Sin embargo, había algo que estaba más claro que el agua: Niall no se conforma con dos o tres besos. Él quería más. La pregunta es: ¿Estaría yo dispuesta a dárselo? ¿Dejar atrás todo lo que había comenzado a tener con Louis? ¿Lo elegiría a él por encima de todo?.

Sin darme cuenta, sus grandes manos recorrían mi cuerpo, dibujando mi figura. Mi frente estaba recostada n la parte trasera de su cuello, dejando que mi aliento chocara contra éste. Mis labios se rozaban un poco con su cuerpo cuando hacía un movimiento brusco, obviamente, sin darme cuenta. Sentí cómo sonreía.

En un paso rápido y ágil, mi espalda chocó contra la pared de la sala. ¿Cómo demonios llegué aquí? Gruñí, abriendo los ojos en cuanto sus calientes y carnosos labios hicieron contacto con mi descubierto hombro.

Levantó su rostro hacia mí cuando dejó de besar mi hombro para acercarse a atacar mis labios. "Para, _____, para" - me dijo mi subconsciente. "No le hagas eso a Louis" "¿Qué estás haciendo?" "No dejes que te bese" "¿Primero Niall, luego Louis y ahora otra vez Niall? Eres una auténtica puta".

Nuestros labios se rozaban. Diablos. ¿Qué se supone que debo hacer ahora? ¿Elegir? Estoy entre la espada y la pared, nunca mejor expresado. No puedo decepcionar a Louis, eso sería muy sucio.

Y entonces, cuando parecía que tenía una idea en mente, se acerca más. Mierda, mierda y más mierda. Yo nunca fui una persona de ideas claras. ¿Por qué se me hace tan duro tomar una decisión? "Porque ambos te gustan".

Niall acortó la distancia entre nosotros, moviendo sus finos y suaves labios al compás de los míos, pero no se sintió como la primera vez que lo besé. Esta vez, el beso lo sentí mal, como si hubiera un vacío ahora dentro de mi. Sabía que estaba fallando a una persona la cual había intentado abrirse a mí. El sentimiento más apropiado para mí en estos momentos era decepción.

Nos separamos debido a la falta de aire y miré el rostro el rubio. Él sonreía. Joder, me sentía tan mal. Lo miré a los ojos, los cuales me miraban con atención.


- Niall... --susurré--.

- Dime, ¿te ocurre algo? --preguntó preocupado--.

- Creo que la comida me ha sentado mal --me excusé--.

- Oh --dijo apenado--. No importa, yo te llevo a casa sin problema--

- Emm... No --intenté pensar en una excusa. Estar con Niall sólo me confundirá más--. Estoy algo mareada. Prefiero caminar --dije tocando mi cabeza, actuando--.

- De ninguna manera dejaré que vayas sola en ese estado.

- No, de verdad, no es necesario. Yo... Me marearé más en el coche que caminando. Necesito caminar, sí.

- Entonces te acompaño andando a donde quieras ir --santo cielo. ¿Por qué tenía que ser tan agobiante a la misma vez que lindo?--.

- No, es muy tarde Niall. No trates de convencerme. Voy a andar. Sola --dije comenzando a enfadarme--.

- Ey, no te enfades, yo solamente trato de ayudar.

- Pues te he dicho que no quiero que me ayudes. Por favor... Lo siento si me enojo, es sólo que estar mala me pone de mal humor --mentí de nuevo--.

- Vale, tranquila. Ya nos veremos en otra ocasión --dijo fastidiado, tratando de no acabar de mala manera la noche conmigo. Buen chico--.

- Gracias --dije para inmediatamente salir de allí--.


Ni siquiera me despedí de él. Sólo quería marcharme de aquel lugar. Abrí la puerta del restaurante rápidamente y comencé a caminar, dejando a un confuso Niall atrás. Ahora no podía ir a casa de Louis y quedarme allí así como así. Simplemente no podía después de lo que había hecho. Me sentía sucia.

Suspiré, intentando encontrar una solución al tema. Fue entonces cuando me vino a la cabeza: la casa de Dylan se encontraba cerca y seguro que me dejará quedarme. Es decir, sus padres nos adoran a Li, Alex y a mí, por lo que espero quedarme.

Anduve durante media hora, lamentándome y recriminando me interiormente mi estúpido y egoísta comportamiento ante la situación en la discoteca-restaurante. Bueno, al final lo hecho, hecho está. Mordí mi labio inferior, tratando de controlar mis lágrimas. ¿Cómo iba a decirle todo esto a Louis? ¿Cómo iba a reaccionar al saber lo ocurrido? ¿Todas nuestras promesas se irán lejos, muy lejos?.

Me sentía como una auténtica perra, rompiendo promesas y destrozando ilusiones. Limpié una de las lágrimas que amenazaban con salir a la luz, obligándome a mi misma a ser un poco más insensible. Sabía perfectamente que en ese momento, algo se había roto. ¿Por qué mierda había dejado a Niall besarme? ¿Por qué todo esto se sintió tan bien la primera vez y tan mala segunda? "Porque la primera vez, todavía no habías probado los apetitosos labios de Louis".

Me quité mis tacones para comenzar a andar plana, ya cansada del estereotipo de "zapatos altos, piernas bonitas". No lo pude contener y las lágrimas salieron, destrozando por completo mi maquillaje. Genial, ahora luciría como una maldita llorona.

Sin darme cuenta y sumida en mis sentimientos, ya me encontraba en casa de Dylan. Llamé al timbre, absorbiendo por la nariz e intentando tranquilizarme. Dyl me abrió la puerta con cara de cansancio, pero su expresión cambió en cuanto vio el estado en el que me encontraba.


- _____ --dijo sorprendido--. ¿Qué ocurre? ¿Te encuentras bien? --se preocupó--.

- Dyl --dije en un susurro y corrí a abrazarle, abrazó el cual fue correspondido--.

- ¿Qué te ha pasado? --dijo quitando el desastre de maquillaje que rodaba por mis mejillas--.

- ¿Puedo...? --absorbí--. ¿Puedo explicártelo dentro? --pregunté, evitando contestar--.

- Claro --dijo frunciendo el ceño--.


Me hice paso por su salón, deshaciéndome de sus brazos y dirigiéndome hacia la enorme sala donde había celebrado la fiesta un mes atrás. Conocía esta casa demasiado bien. Me senté en la sala, esperando a mi amigo. Cuando entró, llevaba una taza de café entre las manos.


- Gracias --dije en cuanto me tendió la taza y la acepte encantada. Mi garganta quemaba--. Antes que nada --me apresuré a preguntar--. ¿No despertaré a tus padres con mi tonta explicación?.

- Tranquila, están fuera de la ciudad porque tienen una boda. No volverán hasta por la mañana --dijo y asentí--.


Miré mi reloj y marcaba las 2 de la mañana. Wow, ahora me sentía mal y apurada por despertar a Dylan y molestarlo a estas horas.


- Oh --dije--. Vale, entonces supongo que tendré que explicar --dije dándole un sorbo al café--.

- Te escucho --dijo mirándome atentamente--.


Tomé aire y me expliqué lo ocurrido. Dylan nunca fue el tipo de amigo que escucha todos los líos amorosos, pero dado su carácter, me di cuenta de que él me podía ayudar con esta situación incluso más que Liam o Alex. Dyl era el tipo de chico difícil de conseguir, enojón y protector tanto con sus novias como con Alex y conmigo. Por eso, vi que me podría comprender y dar consejo.


- Estás bien jodida, amiga --dijo Dylan al escuchar mi explicación--.

- Es que siento que estoy sintiendo muy rápido, ¿sabes? --me sinceré--.

- Lo importante es que vas teniendo las ideas un poco más claras, ¿cierto? --preguntó--.

- Sí, eso creo --dije haciendo una mueca--. Es sólo que cuando todo parecía ir perfectamente bien, aparece el otro.

- Bueno, si yo fuera tú, no sé lo que haría --dijo--.

- Vaya ayuda --dije irónica--. ¿Crees que debo decirselo a Louis? ¿Cómo le voy a explicar el hecho de no haber llegado a casa? --dije pasándome las palmas de las manos por mi cara--.

- Yo creo que deberías decirle, pero... Deberías tener en cuenta lo que podrías perder.

- No creo poder hacerlo --dije con actitud negativa--.

- Vamos, _____, confió en ti --me animó--.


Sin evitarlo, comencé a llorar de nuevo. Era simplemente... No sé, una sensación extraña. Me sentía fatal, pero no debería ser así. Es decir, por favor, acabo de conocer a ambos chicos y me he besado con ambos también. ¿Por qué debería crear eso algún tipo de dependencia en mí?. Yo nunca fui ese tipo de chicas, pero lo reconozco sin embargo. Yo nunca fui de las que "sienten mariposas en en estómago rápidamente con sólo una mirada".

- _____, tú nunca habías llorado por un chico --dijo mi amigo algo impactado--. Excepto por Troy.

- Dylan --sollocé--. Necesito hacer algo.

- Creo que sé lo que necesitas --dijo con una sonrisa--.

- ¿Qué? --pregunté ansiosa--.

- Un "break".