sábado, 28 de junio de 2014

Capítulo 19 (Maratón 3/3)

(Narras tú)

Bajé de la moto de Louis, dándole un beso en la mejilla y quitando el casco de mi cabeza.

- Pásatelo bien, no olvides llamarme si quieres que te recoja --dijo duro pero a la vez tierno--.
- Vale.

Algo que me había dado cuenta sobre Louis era que él, en realidad, era un chico muy tierno pero no lo hacía mostrar. Cuando salía a la calle se vestía con esas pintas de chico malo, asustando a todo el mundo como si ellos fueran a causarles problemas.

- Lleva cuidado con la moto en el camino a casa --pedí dado a que él acostumbra a conducir a altas velocidades no permitidas--.
- Lo intentaré.

Aflojé mi agarre hacia Louis en cuanto bajé de la moto y me despedí de él con la mano para deshacer nuestro contacto visual y entrar en el restaurante. Hoy estaba especialmente abarrotado de gente, así que en vez de buscar a Alex, decidí llamarla. Esperé uno o dos tonos hasta que contestó.

#Conversación telefónica#

¿Hola? --dijo la voz de mi amiga en la otra línea--.
- Ya estoy aquí --dije, dibujando una sonrisa en mi cara--.
Emm... Oh... Vale... Yo... He tenido unos problemillas. Llegaré en seguida. Tú siéntate en la barra y pídete algo --dijo algo dudosa--.
- Am, ok --dije--. Te veo luego entonces.
 --su voz se oyó débil y cortó la llamada--.

#Fin de la conversación telefónica#

Fruncí el ceño ante el misterio de la conversación con mi amiga y seguí sus órdenes como ella me lo había pedido. Me acerqué a la barra y esperé a que me atendieran mientras me acomodaba en unos taburetes de ésta. Minutos después, un camarero se acercó a mí, pero no fue precisamente para tomarme el pedido.

- ¿Usted ha quedado con una tal Alex? --me preguntó con un cierto respeto--.
- Sí --asentí sin comprender la situación del todo--.
- ¿Y su nombre es _____? --volvió a preguntar, a lo que volví a asentir--. Acompáneme, por favor.

Seguí al camarero sin poder evitar que la curiosidad se apodere de mí mientras lo seguía hacia quién sabe dónde.

- ¿A dónde vamos? --pregunté esta vez yo--.
- Espere y verá --se limitó a contestar--.

Era evidente que no me iba a proporcionar ningún tipo de información así que me limité a seguirlo hacia donde me llevaba. Me dirigió hasta un tipo de azotea que se encontraba en el fondo del restaurante, zona la cual yo desconocía. Había una sola mesa y una vela en medio del gran espacio con una vela encendida en su centro. Dos platos eran colocados, uno en frente del otro y sus cubiertos correspondientes a los lados. Dos vasos de vino estaban juntos al lado de la vela, la cual daba un toque cálido y agradable al ambiente dado a la luminosidad y el color de su fuego.

- Siéntese --pidió, tendiéndome la silla como buen caballero que era--.
- Espere... ¿Seguro que no se ha equivocado de persona? --pregunté ante la rara y misteriosa situación--.
- Crucemos los dedos por que no sea así --bromeó y le regalé una cálida sonrisa--.
- Pero es que no entien... --comencé a decir, pero no me permitió terminar la frase--.
- Pronto comprenderá --dijo, dándose la vuelta y caminando por la puerta que habíamos entrado--.

Me removí en la silla, nerviosa. No comprendía nada, de verdad que no lo hacía. Por un momento pensé en que esto podría ser alguna trampa o algo por el estilo de Troy, y el miedo invadió mi cuerpo. Pero luego, me convencí a mí misma de que eso no podía ser posible, ya que yo había venido aquí con mi mejor amiga para pasar un poco el rato. 
Luego, recordé la extrana reacción de mi amiga por teléfono y me levanté de la silla, asustada por lo que podría pasar. Decidí que saldría de aquí, ya quedaré con Alex en otra ocasión o la veré mañana, al fin y al cabo, no era tan importante el verse hoy.
Estiré mi mano para acercarla al mango de la puerta, pero antes de que esto sucediera, alguien abrió la puerta, dando ver una alta silueta. Fruncí el ceño ante su aparición.

- ¿Niall? --pregunté confusa--.
- ¿Me echabas de menos? --preguntó pícaro--.
- ¿Qué haces aquí? --pregunté--.
- ¿Vamos a pasarnos toda la cena haciéndonos preguntas? --preguntó sonriendo--.
- ¿La cena? ¿Qué cena? --pregunté inquisitivamente--.
- La que vamos a tomar ahora. Alex no ha podido venir y me he presentado yo en su sustitución --dijo sin quitar esa sonrisa arrogante de su rostro--.

Me quedé perpleja ante su contestación. Esto no era normal. Una cena, con velas y elegante no era precisamente lo que Alex prepararía para pasar el tiempo con ella. Ella era más... Alocada. Para nada sofisticada, le gustaba beber y bailar. 
¿Qué iba a hacer yo ahora?. Es decir, cuando mi balanza parecía inclinarse hacia un lado, pasa algo nuevo. 

- Oh, em... Vale --hice un intento de sonrisa, pero en eso se quedó: en un intento--.

Niall sonrió, dejando un sonoro beso en mi frente. Mierda, ¿por qué tenía que saber tan bien cómo tratar a las chicas?. Agarró mi cintura y volvió a tenderme la silla como el camarero lo había hecho anteriormente. Él se desplazó hacia el otro lado de la mesa, sentándose en la silla restante. 

- ¿Vino? --preguntó y asentí, aceptando el vaso que el rubio me tendía--.
- Gracias --susurré algo incómoda por la situación--.

Bebí un poco del líquido rojo, analizando su exótico sabor. Era como el que tomé en la fiesta de los padres de Louis. Aquella noche en la que recibí el primer mensaje de Troy en mucho tiempo. Y aquella noche en la que fui por primera vez a casa de Louis, para quedarme momentáneamente.

- Te ves muy bien --me alagó--.
- Gracias --volví a repetir--. Nunca he pensado que el negro fuera mi color.
- Resalta tus ojos --sonrió, lo que provocó que yo también sonriera--.

---

Bueno, he aquí un maratón no esperado. Lo cierto es que yo terminé el instituto el miércoles y con ello, mis vacaciones de verano comienzan. ¡Soy libreeeee!. Lo malo de ésto es que no podré subir tan regularmente como acostumbraba a subir los domingos, ya que ni siquiera sé si podré subir. Probablemente este no sea el último capítulo que subiré hasta septiembre, ya que haré todo lo que esté a mi alcance para subiros capítulo. 
Pero como nada es predecible en este tema, he decidido compensaros con un maratón. Sé que estos capítulos no son tan largos como los normales, dado a que forman parte de un maratón. Me gustaría que comentárais en los tres capítulos del maratón y no sólo en este, por favor.
Comentad, eso me hace feliz y puede que suba con más facilidad ;).
¡Feliz verano, amores!
Andrea xx. <3.

Capítulo 18 (Maratón 2/3)

(Narras tú)

- Yo me como a las chicas malas --dijo bromeando--.
- ¡Nooo! --chillé en cuanto sus fuertes brazos me levantaron del suelo--.

Me cargó al hombro, apoyando mi vientre en su hombro, casi haciéndome volar. Me reí ante la fuerza del chico mientras él me sujetaba de los muslos, casi subiendo a la zona de mi trasero. Cuando su mano subió a uno de mis cachetes de mi culo, ahogué un chillido, mientras lo agarraba fuertemente.
Yo no podía parar de reír mientras me desplomaba en el sofá del salón. Me recostó en él, subiéndose encima mía y deslizándose seductora y lentamente a mi alrededor.

- Me las como, pero a besos --susurró en mi boca--.

Podía sentir su aliento. Su cuerpo encima del mío, encajando perfectamente. Sus manos a mi alrededor, y sus rodillas flexionadas a los costados de mis caderas eran una posición perfecta. Unos pequeños pelos descolgaban de su perfecto tupé, haciéndolo ver inreíblemente sexy. 

- Bésame --le pedí, con un tono autoritario pero desesperado, haciéndole reír--.

Sonrió, haciéndome esperar un poco más. Con un dedo, tocó el borde de mi boca, dibujándola como si se saliera de su mano. Entreabrí mis labios, estremeciéndome ante su tacto. Cerré los ojos, la palma de su mano comenzó a acariciar la silueta de ésta y, por un momento pensé que en realidad él estaba comenzando a sentir algo por mí. Por una parte, la alegría inundó mi cuerpo ante el pensamiento, pero luego recordé que no tenía las cosas claras. Que Louis era un peligro y saldré herida. 
Me mira de cerca, cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope, nor miramos cada vez más cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos. Nuestras bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes y jugando en sus recintos sonse un aire pesado va y viene. 
Entonces es cuando mis manos buscan hundirse en su pelo, para acariciar lentamente la profundidad de su sedoso y liso pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Mordió mi labio inferior con dulzura, haciéndome subir por un momento al cielo y haciéndome regresar en cuanto se alejó de mí.

- Huele a quemado --dijo unos minutos después de separarse--.

Ni siquiera me había dado cuenta de que era cierto, estaba en otro mundo en ese momento. 

- Verdad --dije mientras me levantaba junto a él--.
- ¡Mierda! ¡Me he dejado las tostadas en el pan! --dijo corriendo hacia la cocina mientras, yo por detrás me reía de su torpeza--.

Lo seguí mientras vi cómo tiraba el pan a la basura, el cual estaba totalmente chamuscado. Me reí y él se quejó silenciosamente. Sólo se escuchaba mi sonora risa en la sala.

- Me encanta que te rías, pero esto es tu culpa --dijo lavándose las manos--.
- Eh, ¿porqué? --me quejé--.
- Porque eres una distracción muy tentadora --respondió él, secándose las manos--.

Me sonrojé, Louis siempre sabía cómo sacarme de mis casillas. 

- Así que soy una distracción --dije y asintió--. Bueno, pues enhorabuena porque esta noche estás libre de distracciones --aproveché la situación para decirle a Louis que iba a salir con Alex esta noche--.
- ¿Qué quieres decir?
- Pues eso, que esta noche salgo --dije, cogiendo un vaso de leche de la mesa y tomando un trago de él--.
- ¿Después de todo lo que ha pasado? --alzó una ceja--.
- ¿Y qué quieres?, ¿que esté contigo las veinticuatro horas del día? ¿No salir a ningún lugar? Louis, no puedo dejar que la situación pueda conmigo.
- A ver, bebé, entiendo tu punto y te entiendo, pero no crees que es... ¿un poco pronto? --dijo, pero yo dejé de escuchar desde el momento en el que me llamó "bebé"--.
- ¿Cómo me has llamado? --pregunté--.
- Bebé --dijo sonriendo y tomando mi mano--.
- Me gusta, es tierno --admití--.

Su sonrisa se ensanchó aún más, para después depositar un pequeño pico en mis labios.

- No quiero que te pase nada, sabes que lo hago para protegerte, ¿verdad? --dijo él cuando se separó de mí--.
- Sí, lo sé. Pero... No sé, quiero salir con Alex y conversar con mi mejor amiga y...
- Lo sé. Mira, yo no soy quien para prohibirte salir o no. Si te pasa algo, me necesitas, quieres que vaya para allá o lo que sea, me llamas y estaré allí en seguida, ¿vale?.

No voy a mentir, la situación era muy abrumadora. Louis siendo tierno conmigo era algo que me superaba por momentos. Él me hacía sentir que estaba ahí para mí cuando lo necesitara, de la misma manera que yo le había intentado hacer sentir. 

- Vale, gracias --asentí--.

* A las 20:30 *

Alisé mi vestido, asegurándome de que no hubiera señal de arruga. Después de hablar con Spencer sobre lo que ya sabía de Troy, comprendió perfectamente que quisiera quedarme con alguien que me protegiera y supiera qué tema estábamos tratando. Ella misma me trajo una bolsa con toda mi ropa, por lo que ya no tendría que estar molestando a el ojiazul con el tema. 
Para esta noche, había esogido un vestido negro corto de encaje con las mangas hasta los codos, con su funda respectiva de abajo para que no se me viera nada. Agarré mi bolso y metí el teléfono dentro de él. Salí de la habitación que me había adueñado, haciendo ruido con mis altos tacones los cuales yo consideraba que me hacían más delgada y unas piernas más bonitas.

- ¡Louis! --lo llamé--. ¡Me voy! --anuncié--.
- ¡Espera! Yo te llev... --dijo apareciendo por el pasillo, pero se calló en cuanto me vió--. Wow.
- ¿Te gusta? --dije refiriéndome a mi vestido--.
- Ir tan guapa debería ser ilegal --dijo--.
- Gracias --me sonrojé--.
- ¿Sabes lo que significa eso? --negué--. Que todos los chicos estarán mirándote --hizo una mueca--.
- No seas idiota --reí--.

Capítulo 17 (Maratón 1/3)

(Narras tú)

Me levanté con la mano de Louis al rededor de mi cintura. Suspiré y sonreí ante la imagen tierna de ver al ojiazul durmiendo. ¿Me estaba enamorando? Eso no lo sé. Sólo sé que cada vez nuestra relación rara y complicada va tomando importancia en mi vida, y que ya no me basta con un simple abrazo, siempre quiero más. Con cuidado, aparté su mano de mis caderas, pero al hacerlo, rápidamente me volvió a agarrar y me arrastró hasta él, juntando su pecho con mi espalda. Reí ante la sensación, se sentía bien, me abrazaba como si fuera un peluche, teniendo en cuenta de que era un poco más baja que él, pero no demasiada. Él tenía la altura perfecta para mí.

- Louis --susurré--.
- Mmm... --gruñó y abrió un ojo, intentando acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana--. ¿Qué?.
- Déjame levantarme --le pedí mientras me reía silenciosamente--.
- Jum... Espera un poco más --pidió, cerrando su único ojo abierto y acercándome más a él si fuera posible--.

Fruncí los labios. Vale, cinco minutos. Estiré mi mano hacia la mesilla donde había dejado mi móvil y lo desbloqueé mientras que Louis se volvía a dormir. Tenía varios mensajes: de Liam, de Dylan, de Spencer, de Alex... Suspiré, decidiendo que abriría el de Alex. Con Liam ya hablé, Dylan irá a hablarme porque Liam le contó y Spencer me diría una de sus típicas estupideces, así que la única esperanza de que el mensaje que me mandaron no fuera una estupidez se basaba en mi mejor amiga. 

"Dónde te has metido? Tenemos que hablar urgentemente. -A xx."

Solté una gran bocanada de aire. Así que Liam no le ha contado. Puede que después de todo no haya tan confianza entre ellos. Decidí llamarla cuando me levantara ya que el pequeño ángel con el que había pasado la noche estaba durmiendo y no quería despertarlo. Y cuando digo "pasar la noche" no me refiero a tener sexo, sólo... Hacía frío en mi habitación y no habían demasiadas sábanas, ya que él no estaba acostumbrado a recibir huéspedes. 
Intenté levantarme sin levantar a Louis, logrando mi propósito. Sonreí victoriosa y me dirigí al balcón para llamar a Alex con tranquilidad. Volví a desbloquear mi teléfono, para después marcar su número y esperar dos o tres tonos. 

#Conversación teléfonica#

- Menos mal que llamas, iba a avisar a la policía --dijo mi mejor amiga, exagerando--.
- No seas melodramática --rodé los ojos--. ¿Qué tienes que hablar conmigo tan urgente que no pueda esperar a mañana? --dije recordando que mañana era día de diario--.
No sé, ¿tú no tienes nada que hablar conmigo? --preguntó--.
- Hum, no --dije mintiendo--.
_____, sabes que odio cuando me mientes. 
- Okay, ¿qué sabes que yo no te he contado para que sepas que miento? --dije--.
No lo sé --dijo, dudando--.
- Ya, a las dos se nos da muy mal mentir, Alex, suéltalo --dije arriesgándome, oyendo cómo suspiraba--.
Sólo una palabra: rubio.

Una palabra y ya sabía a quién se refiría. Niall. ¿Ella cómo sabía de él?. Me quedé callada, ¿debería decirle que me lié con él?.

Ei, ¿me vas a contestar?. ¿Te saco la información con sacacorchos o qué? ¿Acaso te gusta? --dijo e inmediatamente abrí los ojos de par en par--.
- Alex... --dije con pesadez--.
¿Qué pasa? ¿Porqué no me lo cuentas? Joder, se supone que somos mejores amigas --se quejó--.
- Y lo somos --dije--. Es sólo que... Es complicado.
Tengo tiempo.
- ¿Sí? Pues yo no, ¿sabes porqué? --estallé de repente--. Porque estoy en casa de Louis, voy a vivir aquí un tiempo y me lié con Niall y Louis. Con los dos. ¿Y sabes qué más? Que me estoy enamorando. Pero de ambos.

Inhalé y exhalé una gran bocanada de aire, intentando relajarme. Siempre todo este tema me saca de mis casillas. ¿Qué acababa de hacer?. Esperé a la reacción de mi mejor amiga, deseando que no se enfadara demasiado. 

Wow --se limitó a decir--.
- Sí --suspiré--. Lo siento por no contartelo, Alex... Es que mi cabeza está hecha un lío ahora mismo y... No sé. Necesito pensar.
Bien. Perdón también por mi parte, no quería agobiarte. Pero es que... No sé, ya me conoces.
- Está bien, no importa. Ya lo sabes todo.
¿Sabes? Creo que deberíamos vernos --dijo de repente--.
- Cuando quieras --dije--.
¿Te parece si esta tarde salimos a algún local y nos relajamos un poco? --preguntó--.
- Sí, necesito desahogarme con alguien --admití--.
-  Ok, ¿te veo en aquel restaurante al que fuimos con Dylan cuando Liam estaba malo?

Recordé aquel día. Teníamos ganas de salir y mi pobre Li estaba enfermo. Dylan quiso enseñarnos un pequeño restaurante elegante, pero no demasiado donde había zona de baile y mesas para cenar. Era como una combinación entre una discoteca y un restaurante de lujo. 

- Creo que es el sitio perfecto.
A las 21:00 para cenar. No tardes y ponte algo bonito. Nunca sabes con quién te vas a encontrar --dijo Alex, recuperándose del enfado y haciéndomelo notar por su tono de voz--.
- Hasta luego, Alex.
Adiós, _____.

#Fin de conversación telefónica#

Colgué el teléfono y entré de nuevo en el pequeño apartamento de Louis. Un olor delicioso impregnó todos mis sentidos, llevándome de camino a la cocina. 

- ¿Has hecho el desayuno? --pregunté al pasar por el umbral de la puerta--.
- Buenos días para tí también --ironizó mientras se acercaba a mí y depositaba un pequeño beso en mis labios--.
- Serán buenos para tí, yo no he podido dormir porque alguien roncaba mucho --bromeé--.
- ¿En serio? --dijo, tomándoselo seriamente--.
- No --reí--.
- Así que eres mala, eh --dijo, siguiéndome el rollo--.
- Sí, estoy hecha toda una malota --dije asintiendo--.
- ¿Y tú sabes lo que hago con las chicas malas? --preguntó con una sonrisa pícara--.
- No --negué sonriendo--.

sábado, 21 de junio de 2014

Capítulo 16

(Narras tú)
- Las damas primero --dijo Louis, abriendo la puerta del apartamento y dejándome entrar--.
Asentí sonriente y entré. Louis cerró la puerta y ambos nos dirigimos a la cocina para preparar algo así como la cena, ya que se había hecho de noche. Recordé que mañana era lunes y me dio pereza, sabía perfectamente que Alex y Liam me iban a aturdir a preguntas. Liam porque ya le había contado lo ocurrido, bueno, la parte que antes sabía y Alex porque estaba segura de que Liam ya le había contado lo que había pasado. A veces Alex tenía como ese instinto de mejor amiga y, no lo puedo negar, siempre me intenta ayudar pero a veces necesito mi espacio y de vez en cuando me siento agobiada.
- Saca la sartén y ponla con el aceite. Mientras, yo saco las patatas y los huevos --ordenó cuando estaba al lado mía y fui a por la sartén--.
Busqué la sartén por los cajones y la encontré. Cuando me di la vuelta, me encontré con una imagen graciosa a mi parecer. Louis se había puesto un delantal rosa y se había quitado la cazadora, por lo que quedó con su musculosa blanca y el delantal puesto en la parte superior de su cuerpo. Se veía adorable con ese color rosa. Fue como si toda la imagen que tenía de chico malo desapareciera al añadirle un complemento rosa. No lo pude evitar y comencé a reírme.
- Estás... Muy... --intenté decir entre risas--.
- Ei, ya vale --se quejó--. Sé que estoy ridículo.
- Yo iba a deci cuqui --dije levantándome de mi agache, sosteniendo la sartén en mi mano--.
Louis me sonrió y yo le devolví el gesto. Levanté una ceja en cuanto me pasó un delantal. Éste claramente era de chica ya que era azul marino decorado con puntos blancos y llevaba vuelos. Algo así como un delantal "marinero". ¿Porqué tenía Louis un delantal de mujer en su apartamento? ¿Ya había compartido estos momentos con otra chica?. No lo pud evitar, pero algo de desilusión me invadió en cuanto me di cuenta de que yo no era la única. No lo soy y tampoco lo seré.
- ¿Porqué tienes un delantal femenino? --pregunté curiosa. Quizás me arrepienta de preguntar eso--.
- Era de mi madre. Cuando venía a hacerme visitas me obligaba a ponerme este delantal para cocinar y ella se ponía ese en contra de mi voluntad --dijo algo decaído--.
- Oh --eran las únicas palabras que salieron de mi boca. Saqué mis propias conclusiones antes de tiempo y pensé lo peor--. Bueno, pero aquí estoy yo para obligarte a seguir llevando ese delantal --intenté animarlo acariciando su hombro--.
Me miró forzando una sonrisa a medias y lo abracé por la cintura mientras llenaba la sartén de aceite. Un tema que había estado pensando la noche anterior vino a mi cabeza y decidí planteárselo al chico de ojos azules.
- Louis --llamé su atención aún abrazada a su cintura, mientras él encendía el fuego para preparar la tortilla de patatas--.
- Dime.
- Bueno, he estado pensando en algo... --dije separándome de él, cogiendo un bol para poner los huevos--.
- Suéltalo.
- Bueno, ahora que he... Hemos decidido... Bueno... Que pensé... --las palabras se trabaron en mi lengua y no sabía exactamente qué decir--.
- Eh, tranquila, di --me tranquilizó Louis--.
- A ver, ¿me dijiste que me puedo quedar si no me siento segura en mi casa, cierto? --pregunté mordiéndome mi labio inferior--.
- Así es.
- Bien... Pues pensé que mientras me quede aquí... Que... No sé... Podría... Pagarte algo. La luz, la electricidad, lo que sea. No quiero que pienses que me quedo aquí de gratis --dije--.
- De ninguna manera --dijo negando frenéticamente--.
- Oh, vamos, Louis... --pedí--.
- No --volvió a negar--.
- Voy a dejarte dinero igual --me encogí de hombros--.
(Narra Alex)
Salí de mi casa y rápidamente cerré la puerta sin olvidarme de echarle la cerradura. Suspiré. Iba tarde. La verdad era que me había extrañado que el chico me citara para algo muy importante, no había querido decirme el qué. Él es popular y muy muy guapo, así que no me importa hablar con él lo que sea o ayudarle en lo que necesite. Pero aún así es raro que me haya citado, de todas las miles de personas que había en el instituto, él decía que necesitaba mi ayuda.
Corrí hacia la plaza, y cuando llegué, comencé a buscarlo entre la multitud. Pude reconocer su cabellera sentada cerca de la fuente y me acerqué a él. La verdad era que el color del agua hacía juego con el color de sus ojos.
- Hola --lo saludé, dándole dos besos en las mejillas--.
- Buenas --dijo sonriente--. ¿Qué tal?
- Bien, un poco extrañada porque me citaste --dije frunciendo el ceño y sentándome a su lado en el borde de la fuente--.
- Bueno, todo tiene una explicación --dijo--. Tiene que ver con _____.
Eso ya no me lo esperaba. ¿Con _____? ¿Porqué?. Los vi algo juntos en aquella fiesta de Dylan, cuando lo del partido de fútbol.
- Suéltalo --dije, intentando transmitirle algo de confianza--.
- Verás --carraspeó--. Yo conocí a tu amiga en una fiesta.
- Soy consciente de ello. Continúa.
- Bien, pues me gustó mucho mucho mucho tu amiga... Y... No sé. Sé que eres su mejor amiga, y pensé que podrías ayudarme.
- Oh --me limité a decir--.
Lo miré callada, ¿Niall Horan estaba intentando decirme que él quería a mi mejor amiga como algo más que un rollo de una noche?. Wow. Era tierno verlo en ese plan, es decir, ¿a quién no le gustaría ver al típico chico malote finalmente cayendo por una chica?.
- ¿Vas a querer ayudarme? --preguntó--.
- Está bien, trato hecho --dije estrechándole la mano y sonriente--. ¿Cuál es el plan? --pregunté--.
- ¿Plan? No hay plan, yo improviso --dijo encogiéndose de hombros y removiéndose en el borde del sitio donde estábamos sentados--.
Me llevé una mano a la frente. Con este chico seguro que voy a tener que trabajar mucho, pero sin embargo, el hecho de que Louis y él tengan un parecido razonable, no paraba de pasarse por mi cabeza. Igual la conquista de _____ por parte de Niall no será muy difícil.
- No improvises. A veces a las chicas nos gusta que las cosas estén preparadas, que el chico tenga el control de la situación.
- Vale. ¿Eso quiere decir que le tengo que preparar algo... Especial?.
- No tiene que ser muy especial, ella es una chica sencilla, pero si quieres tenerla a tus pies, tienes que aprender que con ella hay veces que hay que ir despacio. No la estreses, no la pongas entre la espada y la pared.
- Apuntado --dijo, sonriendo--. Hay algo que quizás ella no te haya contado...
- Lo dudo mucho, pero dime.
- En la fiesta de Dylan... La besé.
Abrí bien los ojos. Oh no, eso no me lo había contado. ¡Mi mejor amiga no me ha contado que se había liado con un chico!. Nosotras siempre nos lo contamos todo, no entiendo porqué no me lo ha querido decir.
- ¿¡Cómo que la besaste!?
- Oh, eso no te lo había contado _____, eh --rió gravemente. Le pegué un pequeño puñetazo en el hombro, controlando mis fuerzas--.

Resoplé. ¿Cómo mi mejor amiga no me había contado que se había liado con uno de los chicos más populares, sexys y solicitados?. Tendré que hablar seriamente con ella sobre eso, pero sin descubrir que he estado hablando con Niall hoy, o si no, estoy segura de que me matará. 

- Buf --suspiré--. Tendrás que contarme detalles sobre ello.
- ¿Es necesario? --preguntó--.
- No realmente, pero ya que _____ no me lo ha contado, lo vas a hacer tú. Sino, no te pienso ayudar. A partir de ahora me vas a tener que contar todo si quieres que te ayude de verdad.
- Uy, vale --dijo, chistoso--. Pues no se... La conocí, me gustó, y la besé. Bueno, en realidad nos besamos.
- Si te devolvió el beso, es una buena señal --dije finalmente, despues de pensar unos segundos--. Tengo que decirte que ella... No es ese tipo de chica que llega y se lía con un chico, así que si se lió contigo, por algo será.
---
Buenas :). Quiero agradecer a todas las que leéis, aunque sé que este capítulo es un poco caca, pero hay que ir preparando la situación, hahaha. ¡Quiero opiniones! Buenas o malas, ¡enseñadme lo que tenéis dentro!. Me encantaría saber qué pensáis sobre la relación Rayis-Niall, y como consecuencia, Rayis-Louis. ¿Queréis que Rayis tenga algo con Niall (#TeamNiall) o sois más #TeamLouis?
Os quieroo,
Andrea xx. <3.

domingo, 15 de junio de 2014

Capítulo 15

(Narras tú)
Miré a Louis. Esperando una reacción por su parte. Y la obtuve. Vaya que si la obtuve. Bajé mi mirada a mis dedos que jugueteaban entre ellos, nerviosa.
- ¿En qué estabas pensando? --preguntó retóricamente--. ¡Te pones en peligro tú sola!
- Sí, fue una estupidez --admití--.
- ¿Y desde cuándo me das la razón? --suspiró--.
- Me arrepiento de haberme entrometido en tu trabajo --dije sin animarme a mirarlo a los ojos--.
- ¿Me tienes miedo? --lo miré interrogante--. ¿Me tienes miedo ahora que has visto todo? --escupió--.
Negué con la cabeza y vi cómo su mirada se suavizaba. Yo le hice una promesa y todavía piensa realmente que huiré y lo dejaré solo. Casi parecía un niño pequeño aferrándose a una idea. Le sonreí, mirándolo tranquilamente.
- Yo... No me iré, Louis --dije--.
No dijo nada más. Él no lo necesitaba. Lo pude ver en sus ojos. Estaba feliz y contento, contento por recuperarme, por haber ganado de nuevo, por oír esas palabras salir de mí. No me gustaba admitirlo, pero en varias ocasiones me encuentro a mí misma pensando en él. Buscando respuestas a cada problema que se le pueda plantear en su vida. Yo sé que en su alma hay cicatrices que nunca sanarán, pero también sé que algún día, tal vez, pueda reemplazar esas cicatrices por felicidad. Porque necesito verlo feliz.
- Gracias... --susurró--.
Lo miré rápidamente. Él realmente nunca se ha sentido querido, y creo que es hora de que conozca ese sentimiento. El sentimiento del amor es hermoso, pero yo también lo calificaría personalmente como "espinoso". Una rosa es muy bonita, pero hay que recordar que contiene espinas en el tallo. Quizás sea porque no conozco reglas más allá de mi rango de vivencia, pero para mí Louis era como un misterio. No sé cómo lo ha podido pasar, ni siquiera he tratado con gente como él antes. Y eso me hace sentir extremadamente insegura.
Tentando a la suerte, me acerqué a él. Envolví mis pequeños brazos al rededor de su cintura, abrazándolo. Me devolvió el abrazo, sintiéndose bien por un segundo en su vida. Ahora que lo pienso, abrazos es lo único que nos hemos dado. De momento. Sí, escuchen bien, dije de momento. Y es que, a estas alturas, no puedo negar que dentro de mí tenía una pequeña ilusión que quería quedarse allí, junto a Louis.
- No las des --respondí--.
Entonces, cuando mis ojos hicieron contacto con los suyos, el tiempo se paró. Para mí, todo lo de al rededor comenzó a volverse nublado, sólo pudiendo ver a Louis que cada vez se acercaba más a mí. Respiré hondo cuando tuve una sensación de "déjà vu". Pero, este Louis de ojos azulados no era el mismo que me intentó besar hace una semana. Algo había cambiado en su actitud.
Cerró los ojos cuando nuestras narices se rozaron y el nerviosismo comenzó a apoderarse de mi cuerpo. Me dejé llevar y yo también cerré los ojos, esperando el contacto de sus labios con los míos.
Me acerqué un poco más, ahorrando un poco de tiempo para unir nuestros labios. Algo que no esperaba sentir comenzó a crecer en mí en cuanto sentí su sabor. Un extraño sabor entre menta y tabaco que sabía malditamente bien.
Movimos nuestros labios al compás, no había necesidad de acelerar la situación. Era increíble cómo nuestros cuerpos encajaban perfectamente. Él tenía que inclinarse un poco hacia la izquierda mientras yo hacía lo mismo en mi derecha. Mis manos sobre su cuello y acariciando su cabello dieron una sensación de profundidad al beso. Sus manos estaban colocadas en mi cadera, acariciándola suavemente y mandando escalofríos a todo mi cuerpo.
Su agarre se apretó cuando mordí su labio inferior, atrayéndome más a su cuerpo. Pero esta no era una situación para ponerse calientes. Ahora seguramente comprenderéis por qué me califico de ven en cuando como "diferente".
Ya sé que he admitido que me siento bien en sus labios. Louis me hacía sentir extremadamente a salvo, en confianza. Pero, simplemente, con todo lo que acaba de pasar, no veía esto como una situación caliente para ahora subirme a su coche y tener sexo con él ahí mismo. No.
Por algo extraño, yo quería llevar las cosas despacio con él. Quería hacer esto bien, tomármelo con calma. Realmente yo quería hacer sentir bien a Louis. Y no de la forma que pensáis si estáis pensando en sexo. (Eso va por vosotras, Amy y Swagger).
Me separé de él, mirándolo sonriendo y dando por acabado nuestro beso. Él me miró haciendo puchero, como un niño pequeño. No pude evitar reírme ante su comportamiento. Cualquiera diría que hace dos minutos estábamos peleándonos y luego llorando.
- Eso fue malditamente delicioso --dijo el seductor de Louis--.
Bueno, así me facilitaba información. Le había gustado el beso tanto como a mi. ¿Eso es bueno?. Tal vez sí o tal vez no. Todos sabemos que Louis es todo problemas.
- ¿Me dejarías repetir? --preguntó--.
Me sonrojé ante la situación. Ningún chico me había tratado así antes. Yo siempre era la que llevaba las riendas de la relación, ya que soy una chica algo difícil a la que le gusta mandar. Asentí aturdida. ¿Que sí lo dejaría repetir? Una y mil veces.
Volvió a acercarse a mí para unir nuestros labios y esta vez se lo permití. Mi boca se abrió ligeramente, dejando acceso a su lengua que no dudó ni un segundo en aprovechar la oportunidad.
Nos separamos por falta de aire. Lamió sus labios y no pide evitar mirarlos fijamente. Siempre se ven hermosos. Ignoré su mirada pícara en el momento en el que posé la mía en sus labios, llevando la mía a la moto en la que íbamos a volver.
- ¿Subimos? --pregunté impaciente--.
El chico asintió confundido, seguramente pensando el porqué no quería seguir probando sus carnosos labios, pero, como habré dicho como un millón de veces ya, yo no soy como las demás.
Impaciente, subí a la moto de Louis, colocando el casco sobre mi cabeza. Suspiré, esperando a que él subiera. Sin decir nada, siguió mis movimientos con la mirada para después repetirlos y montarse en la moto. Justo cuando se iba a montar delante mía en la moto, se lo impedí agarrándole la mano.

- Quiero probar --pedí--.
- Tú lo que quieres es matarnos --susurró--.
- Basta ya con la broma, sé que estuve en peligro, pero quiero aprender a montar en moto. ¿Me dejas o no? --dije, levantando una ceja--.

Louis me miró dudoso. Lo sé, es terrible que después de lo que acababa de hacer viniera y pidiera aprender a montar en moto. Sin olvidar el dato de que he besado a Louis. Sí, lo besé, me besó, nos besamos... En fin.

- No --dijo cortante, pero sin embargo, lo entendí. Yo no estaba en las mejores condiciones como para reclamar algo--.
- Vale --dije y arrastré mi cuerpo hacia atrás, dejando un hueco para que Louis se montara delante mía--.

Agarré su cintura, apoyando mi cabeza en su espalda en cuanto puso la moto en marcha y el viento azotó mi rostro. Inhalé el aroma de su chaqueta y varias dudas pasaron por mi cabeza. ¿Qué diablos acababa de pasar? Había puesto mi vida en peligro, me han apuntado con una pistola, Zayn me ha defendido, Louis no me ha gritado tanto como yo esperaba, y lo que para mí ahora era lo más importante, había besado a Louis. Acontecimientos anteriores que pasaron cuando Louis se intentó acercar a mi boca por primera vez, pasaron por mi cabeza, pero sin embargo, tampoco pude evitar el hecho de pensar en Niall. Él me dejó claro ya que quería algo conmigo. Serio o no, algo es algo y, evidentemente, dificulta las cosas con Louis.

sábado, 7 de junio de 2014

Capítulo 14

(Narras tú)
- Mira a quién he encontrado, Tomlinson... --dijo la voz grave que tenía a mi espalda--.

Maldije. Joder, es que no me sé estar quieta. Tenía que cagarla. Como siempre.

- Louis... --susurré al ver que él miraba duro, sin mostrar debilidad--.
- Suéltala --le ordenó al chico que tenía atrás--.
- ¿O si no qué? Troy la encontrará antes de que te puedas dar cuenta --respondió otro y me giré para ver que entraban unos cinco chicos al almacén. Agaché mi cabeza, deseando no haber seguido a Louis--.
- O si no, sabes que las consecuencias que te esperas no serán muy buenas --amenazó Louis de nuevo--.
- Ya lo oíste, suéltala --ordenó esta vez Zayn y lo miré sorprendida. ¿Desde cuándo él me ayudaba? Ah, espera, yo te doy la respuesta, desde NUNCA--.
- Oblígame --dijo el chico que tenía detrás cínico, lo que me dió un escalofrío--.

En un movimiento rápido, Louis y Zayn sacaron sus pistolas a la vez. Louis de su cazadora y Zayn la sacó de su pantalón. Abrí los ojos sorprendida. Debería haberlo sabido. Estos dos están metidos en ese "mundillo" y Louis me había mentido. Ya tenía sospechas mientras que seguía a Louis, pero este era el remate para confirmarlo. Quise moverme para atrás sin darme cuenta, pero luego me conciencié de que ellos no me iban a hacer nada. Louis y Zayn apuntaban al chico que tenía detrás, pero casi parecía que también apuntaban a mí, ya que yo estaba pegada al chico. De repente sentí un peso en mi cadera. Miré y el chico de atrás apuntaba a ésta con otra pistola también.

- Dispárame y la disparo --dijo y las lágrimas comenzaron a aparecer en mis ojos--.

Respiré hondo, intentando librarme de la presión que estaba cargando en toda esta situación, pero eso no fue suficiente. Intenté pensar en qué hacer, cómo podía ayudar.

- Tres minutos --anunció otro de los chicos que estaban detrás mía, acompañando al chico que me seguía apuntando con la pistola en la cadera. Espera, ¿tres minutos para qué?--.
- Aléjate de ella, no lo voy a repetir dos veces --dijo Louis en tono autoritario--.

La gente que tenía en mi espalda comenzó a salir del almacén. Tenía miedo. Mucho miedo. Cerré los ojos con pesadez, pero esta vez no  pude contener las lágrimas que se asomaban por mis ojos. Ahora sólo quedábamos Louis, Zayn, el chico que me apuntaba con la pistola, su acompañante y yo.

- Un minuto --anunció el que yo había calificado como "acompañante", mirando el reloj--.

¿¡Alguien me quiere explicar qué significa este dichoso juego de "minutos"?!

(Narra Louis)

La ira se impulsó a través de mis venas y mi mandíbula tembló. Los ojos de el segundón de Troy, Jake estaban llenos de rabia, sus hombros estaban encorvados como un animal listo para atacar a su presa. Debí haber supuesto que algo malo tenía que pasar esta noche, pero no creía que tuviera que ver con _____. Ella es curiosa, pero a la vez misteriosa y si hay algo que a ella le encanta, es destapar secretos. No pude dejar de culparme en mi cabeza en cuanto me di cuenta de que en realidad la había puesto a ella en peligro. Y luego estaba Troy. El muy hijo de puta quería pelea, y quería que se la diera. Pero no, yo soy más listo. Una guerra no se gana en una batalla. Se necesitan victorias consecutivas para ganar finalmente. Y eso es lo que yo voy a hacer.
Bajé el arma, pero Zayn la sostuvo en alto. Comencé a dar grandes pasos hasta llegar a estar enfrente de Jake y su "perrito faldero", Nathan. Empecé a oír un tic-tac y en pocos minutos sólo quedábamos Zayn y yo en este viejo y sucio almacén. Mierda. Nos han tendido una trampa. Corrimos hasta llegar a la salida que afortunadamente no tenía puerta. Zayn y yo saltamos a la vez, y cuando caímos al suelo, nos tapamos los oídos esperándonos el fuerte ruido que sólo significaba una cosa: el almacén había estallado. 
Fuego comenzó a explotar y me llené de polvo debido a la explosión. Esos malditos habían puesto dinamita en aquel almacén. Pero para mi desgracia, eso no es sólo lo que habían hecho. Habían conseguido a _____.
Divisé un coche negro salir corriendo e inmediatamente me hice con una moto y los seguí. Al ver que los seguía, comenzaron a hacer curvas pero para mi suerte yo sabía manejar una moto de verdad. Me llegó un mensaje de texto que no me di el lujo de leer. Estaba seguro de que allí dentro la tenían a ella. En un abrir y cerrar de ojos, la moto de Zayn apareció en dirección contraria en la calle en la que estábamos conduciendo, dejando a Jake sin salida.
Salieron del coche, vi como aún Jake apuntaba a _____ con una pistola, pero esta vez la apuntaba a la cabeza y tenía esparadrapo puesto en la boca. Me percaté de algo: ella estaba llorando. Esa puede ser la imagen más desgarradora que he vivido. Sí, he vivido muchas teniendo en cuenta en qué "mundillo" trabajo, pero ninguna me habían quitado el aliento de la misma manera en la que ésta lo hizo.

- No tienes escapatoria esta vez, Jake --le dije--.
- Danos a la chica y podrás irte de aquí sin sufrir ningún daño --dijo Zayn por detrás de éste--.

Entonces fue cuando se me ocurrió. _____ no tenía los pies atados, y con que se moviera y lo distrajera un poco, podríamos lograr que la dejara libre. Miré a Zayn, diciéndole con la mirada que hablara. En este tipo de situaciones es en las que él y yo nos compenetramos y entendemos muy bien. 

- ¿En qué piensas, Jake? Somos dos contra uno, no tienes ninguna posibilidad --Zayn rió con ironía mientras decía esas palabras que aparentemente quemaron a Jake--.

Hice contacto con _____ y ella articuló un "lo siento" que me hizo sentir más culpable de lo que creía. Si tan sólo no le hubiera mentido, si tan sólo yo hubiera tenido más cuidado... Ella quizás no tendría que estar al borde de la muerte. Seguía llorando y no pude evitar mirarla algo apenado. Intenté que me entendiera cuando intenté hablarle mientras que Zayn se encargaba de distraer a Jake para que no viera mis acciones. Disimuladamente señalé sus piés y luego hice movimientos bruscos con los brazos. Aparentemente ella lo entendió sin problemas. Asentí con la cabeza y lo hizo.

(Narras tú)

Louis me dijo de una manera "discreta" que me moviera con los pies. La angustia es la que se apodera de mí en estos momentos pero no puedo dejar que gane ahora o lo perderé todo. Levanté mi talón y pisé su pie, haciendo que el chico volviera a mantener su atención en mí. Seguido de eso, levanté mi otro talón y lo golpeé donde "nunca salía el sol". Le di tan fuerte que se tuvo que cubrir con las manos, soltando la pistola y mi agarre a la vez. Cogí la pistola rápidamente del suelo y corrí hacia Louis. Me quité el esparadrapo que anteriormente el salvaje de Jake me había colocado y abracé a Louis con todas mis fuerzas.

- Lo siento, lo siento, lo siento --no podía parar de repetir, con la voz quebrada y las lágrimas en los ojos--.

Él se dedicaba a devolverme el abrazo y a intentar tranquilizarme, acariciándome el pelo.

- Ya hablaremos en casa --me susurró--.

En casa. Sí, en la casa que compartíamos Louis y yo por el momento. Me separé de él, mirándole a los ojos azules como el mar y perdiéndome en ellos. Él limpió las lágrimas que caían por mis mejillas y me sonrió intentando que yo imitara su gesto también. Pero no lo hice. Me dí la vuelta y pude escuchar cómo Zayn disparaba a Jake en la cabeza con su pistola sin tocarlo. Me estremecí un poco ante la imagen de un cadáver en medio de la carretera.

- Uno menos --anunció el morocho volviendo a cargar su pistola y guardándola en su pantalón, donde antes la tenía guardada--.

Después de un momento de silencio, decidí hablar.

- Zayn , lo siento. Louis, sé que ya lo dije, pero lo siento muchísimo... --me dirijí a ellos--.
- Estás loca --me dijo Zayn--.
- Lo sé --contesté--.
- Has puesto tu vida en peligro --siguió hablando Zayn--.
- Lo sé --volví a contestar--.
- Podías haber muerto --dijo Zayn de nuevo--.
- También lo sé --fui realista--.
- Bien, pues entonces no tengo nada más que decir. Louis se encargará de ello --dijo y fue hacia su moto--.

Me quedé viendo cómo Zayn subía a su moto y aceleraba para desaparecer por donde había aparecido anteriormente. Nunca él me había tratado tan bien. Me di la vuelta para volver a mirar a Louis. Ahora sólo estábamos él y yo. Cara a cara.

domingo, 1 de junio de 2014

Capítulo 13

(Narras tú)

Después de la intensa conversación con Louis, decidí llamar a Liam. Él obviamente sabe lo que pasó con Troy, por lo que es un gran apoyo. Conecté mi móvil al “FaceTime” y le hice una llamada. Esta aplicación sólo lo tienen los iPhone, pero conseguí descargármela en el mío. Era como una especie de “Skype”. Cuando contestó le sonreí al ver que estaba en su casa tirado en el sofá sin hacer nada.

- Hola, Li --saludé sonriéndole a la pantalla--.
- ¡_____! ¿Qué pasa? --preguntó sonriendo­--.
- Bueno… --hice una mueca--. No tengo muy buenas noticias.
- ¿Qué ha pasado?
- Quiero que te tranquilices cuando te lo diga…
- Sí, sí, vale, pero suéltalo ya
- Troy ha vuelto --dije. La cara de Liam fue un poema, como si le acabaran de dar la peor noticia de todas--.

Se quedó en estado de shock durante unos segundos hasta que reaccionó y empezó a chillar, justo lo que yo no quería que hiciera. Aquí va, mi mejor amigo en acción… En vivo y en directo… 3, 2, 1, ¡ya!

- ¿Pero qué mierda significa eso? ¿¡Es una broma!? Dime que es una broma, por favor --rogó. Negué--. ¿¡Cómo ha vuelto ese hijo de perra!? Maldito… Quédate ahí, voy para tu casa, no me voy a separar de ti ni para ir al baño. Si lo veo le arranco la cabeza de cuajo. Santa mierda. ¡Voy para tu casa! ¡No te muevas! ¡No des un mísero paso!
- ¡Li! --lo llamé--.
- ¿Qué?
- No estoy en mi casa.
- ¿Qué significa que no estás en tu casa?
- Pues eso… Que no estoy en mi casa --dije rodando los ojos--.
- Obviamente, pero… ¿Dónde estás? --preguntó--.
- Am… En casa de… Louis --dije haciendo una mueca rara, esperando que me chillara como lo ha hecho anteriormente, pero sin embargo, no lo hizo. Su rostro sorprendentemente se tranquilizó--.
- Y estás en casa de Louis porque… --dijo, esperando a que terminara la frase yo misma--.
- …porque me lo encontré en una cena de negocios a la que tuve que asistir con mi padre y entonces me enteré de que Troy estaba aquí, por lo que me quedé en casa de Louis. ¿Contento?
- Sí, claro, em… Dame su dirección que voy a por ti --dijo, pero yo no me quería ir de aquí, no sé por qué, pero no quiero irme--.
- No… Liam… Estoy bien aquí con él. No te preocupes.
- _____, no tienes porqué quedarte allí, puedes quedarte en mi casa perfectamente si en la tuya no te siente segura…
- Aquí me siento segura --lo corté­--. Louis es un buen chico y no me hará nada, Li, por favor, no seas dramático
- ¿Por qué te quieres quedar allí? --preguntó. Me conoce demasiado bien--.
- Agh, vale. Creo que… Me está empezando a gustar Louis --confesé--.
- _____... Yo te advertí…
- Sí, sí, sé lo que me advertiste. Pero estoy segura de que no es esa persona que tú piensas que es --“bueno… No del todo” - pensé--.
-_____...
- Liam…
- Si te pasa algo, luego no vuelvas a llorar a mis brazos, ¿entendido? Ya sabes lo que pienso sobre que te juntes con él. No sé si lo que dice la gente es verdad o mentira, pero si salen esos rumores sobre él es que no habrá hecho nada bueno.
- Me importa un carajo lo que la gente piense. Esos ignorantes especulan mucho, pero si quieres creerles, adelante. Yo sé que Louis es un buen chico y te guste o no, confío en él.
- Yo…
- Sí, sí, ya sé que me advertiste. ¿Ok? --lo corté--.
- Bueno, vale, no te pongas así…
- Adiós, Liam. Te veo mañana en clases --dije ya un poco harta del tema--.
- ¡No te enojes! --chilló justo antes de que apagara la pantalla--.

(Narra Louis)

Decidí ir a darme una ducha, sin dejar de pensar en que quizás no debería haber confiado en _____. Si ella se va de la lengua, posiblemente acabe en la cárcel. Suspiré mientras el agua caliente corría por todo mi cuerpo. Yo sé que le dije a ella que he dejado el trabajo, pero parece mentira que siendo tan lista no se diera cuenta de que una vez que entras en esto, no puedes salir. Es como un laberinto sin salida. Ahora me sentía mal por haberle mentido de alguna manera, pero a veces hay situaciones en las que tienes que mentir. O al menos así lo creo yo.
Salí de la ducha, enrollando una toalla en mi cintura y me llegó un mensaje al móvil.

“Te necesitamos en diez minutos en el punto de salida. Horan va a atacar. Hay que impedirlo – Zayn.”

Sí, esa era otra. Horan era del mismo grupo que Troy. Él y yo ya hemos tenido nuestras peleas, pero _____ no se había enterado de ello. Zayn estaba en mi grupo, pero sin embargo Harry desconocía lo que Malik y yo hacíamos sin él. Era mejor así. Cuanta menos gente sepa, menos gente saldrá herida. Lo más probable es que Niall y Troy estén esta noche en “el punto de salida”. He llegado a pensar varias veces que Niall sólo se acercó a _____ en nombre de Troy, ya que ella no dejaría a ese enfermo que la tocara. Pero era sólo una teoría. Si ella llega a saber, la matarán porque nadie bajo ningún concepto debería de saber nada sobre la existencia de estos dos grupos. Me puse rápidamente mis tejanos negros y una camiseta blanca que encontré en el armario junto a una cazadora negra. Metí una pequeña pistola en un bolsillo pequeño de dentro de mi cazadora. Aquella arma era como mi mejor amiga. Iba a salir por la puerta cuando oí la voz de _____ detrás de mí. Maldije por lo bajo, dándome la vuelta.

- ¿A dónde vas? --preguntó--.
- Ha surgido un… imprevisto con mi familia --inventé--.
- Ah… Am… Bueno, ¿entonces te vas? --preguntó y yo asentí. Ella parecía vulnerable en este tipo de situaciones, a veces parecía que hasta lo hacía sin darse cuenta, pero a mí sólo me daban ganas de abrazarla--.
- Sí, no volveré muy tarde, lo prometo.
- Vale, adiós entonces.

Asentí y me di la vuelta para salir del apartamento.

(Narras tú)

A veces me da la sensación de que Louis realmente piensa que me chupo el dedo o algo. Que ha pasado un imprevisto con la familia dice… Maldito mentiroso. Yo sé cuándo miente, lo he visto en sus ojos. Decidí esperar un poco a que saliera para seguirlo. Quería saber por qué me había mentido así. Cogí una chaqueta de cuero de Louis y me la puse encima. Rebusqué un poco en su armario y vi en el fondo unas mallas. Era raro que tuviese esa prenda ahí, pero no me quejé ya que a mí me quedaba bien. Me miré al espejo antes de salir. Definitivamente iba echa un cuadro. La camiseta grande de Louis que me tapaba el culo, las mallas negras ajustadas y la chaqueta de cuero hacían un conjunto raro. Cogí mis zapatos de repuesto (ya que siempre llevaba unos en el bolso cuando llevo tacones) y me los puse. Cuando Louis salió por la puerta, lo seguí sin hacer ruido y mientras que él cogía el ascensor, yo bajé por las escaleras corriendo.
Lo seguí hasta lo que parecía un almacén abandonado. Él entró dentro y yo casi con miedo también lo seguí. Me escondí en unas cajas sucias y viejas que habían a la izquierda de la entrada y me quedé mirando. Louis saludó a todas las personas que se encontraban allí y hasta reconocí a Zayn. ¿Qué hacían Louis y Zayn allí? ¿Por qué saludaban a todos? Observé cómo todos se ponían en línea y otras siluetas comenzaron a acercarse por el lado opuesto al que estaban. Entrecerré los ojos, intentando ver bien lo que estaba ocurriendo allí. De repente explotó algo en el otro extremo del almacén y ahogué un grito agudo. Ellos se dieron la vuelta y sacaron sus armas, listos para atacar.
Más rápido de lo que me esperaba, alguien me agarró del brazo, haciendo que me levantara. Lo miré bien, pero no supe reconocer su rostro. Me agarró de la cintura y pegó mi espalda a su pecho. Respiré pesadamente con miedo. Cerré los ojos con fuerza y los presentes se giraron para mirarnos a mí y al que estaba detrás de mí.

-Mira a quién he encontrado, Tomlinson… --dijo la voz grave que tenía a mi espalda--.