domingo, 15 de junio de 2014

Capítulo 15

(Narras tú)
Miré a Louis. Esperando una reacción por su parte. Y la obtuve. Vaya que si la obtuve. Bajé mi mirada a mis dedos que jugueteaban entre ellos, nerviosa.
- ¿En qué estabas pensando? --preguntó retóricamente--. ¡Te pones en peligro tú sola!
- Sí, fue una estupidez --admití--.
- ¿Y desde cuándo me das la razón? --suspiró--.
- Me arrepiento de haberme entrometido en tu trabajo --dije sin animarme a mirarlo a los ojos--.
- ¿Me tienes miedo? --lo miré interrogante--. ¿Me tienes miedo ahora que has visto todo? --escupió--.
Negué con la cabeza y vi cómo su mirada se suavizaba. Yo le hice una promesa y todavía piensa realmente que huiré y lo dejaré solo. Casi parecía un niño pequeño aferrándose a una idea. Le sonreí, mirándolo tranquilamente.
- Yo... No me iré, Louis --dije--.
No dijo nada más. Él no lo necesitaba. Lo pude ver en sus ojos. Estaba feliz y contento, contento por recuperarme, por haber ganado de nuevo, por oír esas palabras salir de mí. No me gustaba admitirlo, pero en varias ocasiones me encuentro a mí misma pensando en él. Buscando respuestas a cada problema que se le pueda plantear en su vida. Yo sé que en su alma hay cicatrices que nunca sanarán, pero también sé que algún día, tal vez, pueda reemplazar esas cicatrices por felicidad. Porque necesito verlo feliz.
- Gracias... --susurró--.
Lo miré rápidamente. Él realmente nunca se ha sentido querido, y creo que es hora de que conozca ese sentimiento. El sentimiento del amor es hermoso, pero yo también lo calificaría personalmente como "espinoso". Una rosa es muy bonita, pero hay que recordar que contiene espinas en el tallo. Quizás sea porque no conozco reglas más allá de mi rango de vivencia, pero para mí Louis era como un misterio. No sé cómo lo ha podido pasar, ni siquiera he tratado con gente como él antes. Y eso me hace sentir extremadamente insegura.
Tentando a la suerte, me acerqué a él. Envolví mis pequeños brazos al rededor de su cintura, abrazándolo. Me devolvió el abrazo, sintiéndose bien por un segundo en su vida. Ahora que lo pienso, abrazos es lo único que nos hemos dado. De momento. Sí, escuchen bien, dije de momento. Y es que, a estas alturas, no puedo negar que dentro de mí tenía una pequeña ilusión que quería quedarse allí, junto a Louis.
- No las des --respondí--.
Entonces, cuando mis ojos hicieron contacto con los suyos, el tiempo se paró. Para mí, todo lo de al rededor comenzó a volverse nublado, sólo pudiendo ver a Louis que cada vez se acercaba más a mí. Respiré hondo cuando tuve una sensación de "déjà vu". Pero, este Louis de ojos azulados no era el mismo que me intentó besar hace una semana. Algo había cambiado en su actitud.
Cerró los ojos cuando nuestras narices se rozaron y el nerviosismo comenzó a apoderarse de mi cuerpo. Me dejé llevar y yo también cerré los ojos, esperando el contacto de sus labios con los míos.
Me acerqué un poco más, ahorrando un poco de tiempo para unir nuestros labios. Algo que no esperaba sentir comenzó a crecer en mí en cuanto sentí su sabor. Un extraño sabor entre menta y tabaco que sabía malditamente bien.
Movimos nuestros labios al compás, no había necesidad de acelerar la situación. Era increíble cómo nuestros cuerpos encajaban perfectamente. Él tenía que inclinarse un poco hacia la izquierda mientras yo hacía lo mismo en mi derecha. Mis manos sobre su cuello y acariciando su cabello dieron una sensación de profundidad al beso. Sus manos estaban colocadas en mi cadera, acariciándola suavemente y mandando escalofríos a todo mi cuerpo.
Su agarre se apretó cuando mordí su labio inferior, atrayéndome más a su cuerpo. Pero esta no era una situación para ponerse calientes. Ahora seguramente comprenderéis por qué me califico de ven en cuando como "diferente".
Ya sé que he admitido que me siento bien en sus labios. Louis me hacía sentir extremadamente a salvo, en confianza. Pero, simplemente, con todo lo que acaba de pasar, no veía esto como una situación caliente para ahora subirme a su coche y tener sexo con él ahí mismo. No.
Por algo extraño, yo quería llevar las cosas despacio con él. Quería hacer esto bien, tomármelo con calma. Realmente yo quería hacer sentir bien a Louis. Y no de la forma que pensáis si estáis pensando en sexo. (Eso va por vosotras, Amy y Swagger).
Me separé de él, mirándolo sonriendo y dando por acabado nuestro beso. Él me miró haciendo puchero, como un niño pequeño. No pude evitar reírme ante su comportamiento. Cualquiera diría que hace dos minutos estábamos peleándonos y luego llorando.
- Eso fue malditamente delicioso --dijo el seductor de Louis--.
Bueno, así me facilitaba información. Le había gustado el beso tanto como a mi. ¿Eso es bueno?. Tal vez sí o tal vez no. Todos sabemos que Louis es todo problemas.
- ¿Me dejarías repetir? --preguntó--.
Me sonrojé ante la situación. Ningún chico me había tratado así antes. Yo siempre era la que llevaba las riendas de la relación, ya que soy una chica algo difícil a la que le gusta mandar. Asentí aturdida. ¿Que sí lo dejaría repetir? Una y mil veces.
Volvió a acercarse a mí para unir nuestros labios y esta vez se lo permití. Mi boca se abrió ligeramente, dejando acceso a su lengua que no dudó ni un segundo en aprovechar la oportunidad.
Nos separamos por falta de aire. Lamió sus labios y no pide evitar mirarlos fijamente. Siempre se ven hermosos. Ignoré su mirada pícara en el momento en el que posé la mía en sus labios, llevando la mía a la moto en la que íbamos a volver.
- ¿Subimos? --pregunté impaciente--.
El chico asintió confundido, seguramente pensando el porqué no quería seguir probando sus carnosos labios, pero, como habré dicho como un millón de veces ya, yo no soy como las demás.
Impaciente, subí a la moto de Louis, colocando el casco sobre mi cabeza. Suspiré, esperando a que él subiera. Sin decir nada, siguió mis movimientos con la mirada para después repetirlos y montarse en la moto. Justo cuando se iba a montar delante mía en la moto, se lo impedí agarrándole la mano.

- Quiero probar --pedí--.
- Tú lo que quieres es matarnos --susurró--.
- Basta ya con la broma, sé que estuve en peligro, pero quiero aprender a montar en moto. ¿Me dejas o no? --dije, levantando una ceja--.

Louis me miró dudoso. Lo sé, es terrible que después de lo que acababa de hacer viniera y pidiera aprender a montar en moto. Sin olvidar el dato de que he besado a Louis. Sí, lo besé, me besó, nos besamos... En fin.

- No --dijo cortante, pero sin embargo, lo entendí. Yo no estaba en las mejores condiciones como para reclamar algo--.
- Vale --dije y arrastré mi cuerpo hacia atrás, dejando un hueco para que Louis se montara delante mía--.

Agarré su cintura, apoyando mi cabeza en su espalda en cuanto puso la moto en marcha y el viento azotó mi rostro. Inhalé el aroma de su chaqueta y varias dudas pasaron por mi cabeza. ¿Qué diablos acababa de pasar? Había puesto mi vida en peligro, me han apuntado con una pistola, Zayn me ha defendido, Louis no me ha gritado tanto como yo esperaba, y lo que para mí ahora era lo más importante, había besado a Louis. Acontecimientos anteriores que pasaron cuando Louis se intentó acercar a mi boca por primera vez, pasaron por mi cabeza, pero sin embargo, tampoco pude evitar el hecho de pensar en Niall. Él me dejó claro ya que quería algo conmigo. Serio o no, algo es algo y, evidentemente, dificulta las cosas con Louis.

3 comentarios: