sábado, 28 de junio de 2014

Capítulo 18 (Maratón 2/3)

(Narras tú)

- Yo me como a las chicas malas --dijo bromeando--.
- ¡Nooo! --chillé en cuanto sus fuertes brazos me levantaron del suelo--.

Me cargó al hombro, apoyando mi vientre en su hombro, casi haciéndome volar. Me reí ante la fuerza del chico mientras él me sujetaba de los muslos, casi subiendo a la zona de mi trasero. Cuando su mano subió a uno de mis cachetes de mi culo, ahogué un chillido, mientras lo agarraba fuertemente.
Yo no podía parar de reír mientras me desplomaba en el sofá del salón. Me recostó en él, subiéndose encima mía y deslizándose seductora y lentamente a mi alrededor.

- Me las como, pero a besos --susurró en mi boca--.

Podía sentir su aliento. Su cuerpo encima del mío, encajando perfectamente. Sus manos a mi alrededor, y sus rodillas flexionadas a los costados de mis caderas eran una posición perfecta. Unos pequeños pelos descolgaban de su perfecto tupé, haciéndolo ver inreíblemente sexy. 

- Bésame --le pedí, con un tono autoritario pero desesperado, haciéndole reír--.

Sonrió, haciéndome esperar un poco más. Con un dedo, tocó el borde de mi boca, dibujándola como si se saliera de su mano. Entreabrí mis labios, estremeciéndome ante su tacto. Cerré los ojos, la palma de su mano comenzó a acariciar la silueta de ésta y, por un momento pensé que en realidad él estaba comenzando a sentir algo por mí. Por una parte, la alegría inundó mi cuerpo ante el pensamiento, pero luego recordé que no tenía las cosas claras. Que Louis era un peligro y saldré herida. 
Me mira de cerca, cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope, nor miramos cada vez más cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos. Nuestras bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes y jugando en sus recintos sonse un aire pesado va y viene. 
Entonces es cuando mis manos buscan hundirse en su pelo, para acariciar lentamente la profundidad de su sedoso y liso pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Mordió mi labio inferior con dulzura, haciéndome subir por un momento al cielo y haciéndome regresar en cuanto se alejó de mí.

- Huele a quemado --dijo unos minutos después de separarse--.

Ni siquiera me había dado cuenta de que era cierto, estaba en otro mundo en ese momento. 

- Verdad --dije mientras me levantaba junto a él--.
- ¡Mierda! ¡Me he dejado las tostadas en el pan! --dijo corriendo hacia la cocina mientras, yo por detrás me reía de su torpeza--.

Lo seguí mientras vi cómo tiraba el pan a la basura, el cual estaba totalmente chamuscado. Me reí y él se quejó silenciosamente. Sólo se escuchaba mi sonora risa en la sala.

- Me encanta que te rías, pero esto es tu culpa --dijo lavándose las manos--.
- Eh, ¿porqué? --me quejé--.
- Porque eres una distracción muy tentadora --respondió él, secándose las manos--.

Me sonrojé, Louis siempre sabía cómo sacarme de mis casillas. 

- Así que soy una distracción --dije y asintió--. Bueno, pues enhorabuena porque esta noche estás libre de distracciones --aproveché la situación para decirle a Louis que iba a salir con Alex esta noche--.
- ¿Qué quieres decir?
- Pues eso, que esta noche salgo --dije, cogiendo un vaso de leche de la mesa y tomando un trago de él--.
- ¿Después de todo lo que ha pasado? --alzó una ceja--.
- ¿Y qué quieres?, ¿que esté contigo las veinticuatro horas del día? ¿No salir a ningún lugar? Louis, no puedo dejar que la situación pueda conmigo.
- A ver, bebé, entiendo tu punto y te entiendo, pero no crees que es... ¿un poco pronto? --dijo, pero yo dejé de escuchar desde el momento en el que me llamó "bebé"--.
- ¿Cómo me has llamado? --pregunté--.
- Bebé --dijo sonriendo y tomando mi mano--.
- Me gusta, es tierno --admití--.

Su sonrisa se ensanchó aún más, para después depositar un pequeño pico en mis labios.

- No quiero que te pase nada, sabes que lo hago para protegerte, ¿verdad? --dijo él cuando se separó de mí--.
- Sí, lo sé. Pero... No sé, quiero salir con Alex y conversar con mi mejor amiga y...
- Lo sé. Mira, yo no soy quien para prohibirte salir o no. Si te pasa algo, me necesitas, quieres que vaya para allá o lo que sea, me llamas y estaré allí en seguida, ¿vale?.

No voy a mentir, la situación era muy abrumadora. Louis siendo tierno conmigo era algo que me superaba por momentos. Él me hacía sentir que estaba ahí para mí cuando lo necesitara, de la misma manera que yo le había intentado hacer sentir. 

- Vale, gracias --asentí--.

* A las 20:30 *

Alisé mi vestido, asegurándome de que no hubiera señal de arruga. Después de hablar con Spencer sobre lo que ya sabía de Troy, comprendió perfectamente que quisiera quedarme con alguien que me protegiera y supiera qué tema estábamos tratando. Ella misma me trajo una bolsa con toda mi ropa, por lo que ya no tendría que estar molestando a el ojiazul con el tema. 
Para esta noche, había esogido un vestido negro corto de encaje con las mangas hasta los codos, con su funda respectiva de abajo para que no se me viera nada. Agarré mi bolso y metí el teléfono dentro de él. Salí de la habitación que me había adueñado, haciendo ruido con mis altos tacones los cuales yo consideraba que me hacían más delgada y unas piernas más bonitas.

- ¡Louis! --lo llamé--. ¡Me voy! --anuncié--.
- ¡Espera! Yo te llev... --dijo apareciendo por el pasillo, pero se calló en cuanto me vió--. Wow.
- ¿Te gusta? --dije refiriéndome a mi vestido--.
- Ir tan guapa debería ser ilegal --dijo--.
- Gracias --me sonrojé--.
- ¿Sabes lo que significa eso? --negué--. Que todos los chicos estarán mirándote --hizo una mueca--.
- No seas idiota --reí--.

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