jueves, 20 de noviembre de 2014

Capítulo 25

NA (Nota de Autora): éste capítulo sólamente de contenido sexual, así que si te vas a traumatizar, es mejor que no leas. Lo he intentado hacer lo mejor que he podido, basándome en otras novelas pero obviamente cambiándolo a mi manera. Así que si te suena la escena, lo más probable es que hayas leído algo parecido antes. No me juzguen. Éste es el primer capítulo hot que subo en toda mi historia de escritora, así que si hay algo que pueda mejorar, me lo dicen y listo. Si no les gustan las escenas así, esperen al siguiente capítulo. No hay nada especialmente imprescindible que deba leer para continuar leyendo esta novela, ya que solo hay contenido sexual. Repito: si se van a traumar, no lean; sabéis que han tenido sexo y punto. O que han hecho "el amor".

No podía esperar a subir este capítulo. Espero vuestros comentarios y votos.

Andrea xx. <3.



(Narras tú)





Louis me atacó con su lengua y me apretó contra el colchón. Dios, me hacía sentir como si estuviera a punto de perder mi virginidad aunque no fuera así. Solté un gemido debido a la presión que él se encargaba de ejercer sobre mí y por lo loca que sus movimientos sensuales y extremadamente sexys me estaban volviendo.





- Me haces perder la cabeza --dijo Louis sin separarse de mí. No me dio tiempo a contestar, porque él metió su lengua traviesa en mi boca de nuevo--.



- Tú ni te imaginas el efecto que causas en mí, Louis --susurré, haciendo que una corriente de calor recorriera nuestros cuerpos--.





Mordió mi labio inferior con pasión y luego subió mis manos hasta por encima de mi cabeza, haciendo que no pudiera escapar de él. Aunque si pudiera, tampoco lo haría.



Volvió a besarme, pero esta vez, con mucha más necesidad que la vez anterior. Me apretó mucho más al colchón con su cuerpo. Gemí al notarlo y él sonrió. Seguí con mi mirada su dedo índice, que bajaba por mi mejilla despacio.



No dijo nada, sólo se mojó los labios y cuando pensé que me iba a besar de nuevo, bajó para atacar mi cuello.





- Te necesito ahora --dijo el moreno, acariciando con la palma de sus manos mi hombro descubierto, llegando a la zona de los pechos, donde se encontraba el corazón--.





Suspiré, sintiendo que todo el aire que alguna vez había podido retener en mis pulmones salía junto con mi corazón. Él, todo él, era perfecto.



Louis me acarició por debajo de la camiseta haciendo que me estremeciera. Y luego, la levantó tirándola en algún lugar de la habitación. Gemí en cuanto sus labios apretaron uno de mis pechos y él sonrió satisfecho, transladando sus besos a mi cuello.



Jugué con el borde de su camiseta y enseguida me deshice de ella igual que él había hecho anteriormente. Vacilé, llevando mis manos a su espalda y acaricié su piel.



Y en ese momento, sentí la necesidad de ser suya. Sin presión, sin obligación. Sólo él y yo disfrutando el uno del otro.



Louis se separó un poco de mí y me miró a los ojos. Yo no tuve la suficiente valentía como para mantenerle la mirada, pero vi cómo escaneó mi cuerpo mientras yo, en un acto de nerviosismo, tragaba saliva. Posó sus manos en mi cadera antes de volver a besarme.



Abrí mis piernas, dejando que se colocara en ellas para la comodidad de ambos. Él gruñó y volví a la realidad. Las únicas prendas que quedaban en ambos era la ropa interior. Se deshizo de mi sujetador, y yo lo dejé sin objetar.



Me volvió a mirar, sonrió con picardía y se acercó a besarme de nuevo mientras acariciaba mis pechos con suavidad. Como si de un papel me tratara. Mi respiración era agitada. Mi piel contra la suya, deseando más y mis labios jugando con los suyos en una batalla sin ganador definido.



Ahí fue cuando me di cuenta. No necesitaba huir, no necesitaba siquiera confundirme. Él. Todo giraba a su alrededor y yo no quise darme cuenta. Era el único al que quería.





- _____ --susurró mientras se deshacía de la única prenda que quedaba en mí, quedando totalmente expuesta a él. Lo miré directamente a los ojos. Él apoyó un brazo a cada lado de mi cabeza y me miró de arriba a abajo--. Eres hermosa --dijo antes de besar el valle de mis pechos, mientras que yo jugaba con el elástico de su bóxer. Noté cómo el color subía a mis mejillas, haciendo que el rubor llegara a mí--.





- No digas eso, que me sonrojo --dije bajando la vista de él--.



- Sería imposible evadir la realidad --dijo después de soltar una pequeña carcajada--. Eres tan guapa cuando te sonrojas...





Rodé los ojos, logrando otra risa por su parte. Y luego, liberé la erección que hace un rato se había despertado. Me mordí el labio mirando esa parte en concreto. Aparté mi mirada de ahí y miré a Louis, que acariciaba mi mejilla para acercarse a besarme con dulzura.



Notaba el cariño y el amor en cada uno de sus gestos. Sin duda, quería hacerme sentir especial y lo estaba consiguiendo.





- Te quiero --dijo y sonreí. Era la mujer más feliz del planeta. Sus “te quieros” sonaban tan bien... -- .



- Yo también te quiero, Louis --dije sin ni siquiera pensarlo. Claro que le quería. También a Niall, pero hoy mismo había descubierto que de manera distinta--.





Volvió a besarme y puse mi mano en su mejilla, mientras él colocaba la suya en mi cadera desnuda. Gemí en cuanto chocó contra mí y el chico abrió el cajón para alcanzar un preservativo. Me miró dudoso mientras lo agarraba y asentí decidida.



Él suspiró con una sonrisa y se lo colocó. Se puso entre mis piernas y hundió su cabeza en mi cuello mientras agarraba mi mano derecha y, con la izquierda, acariciaba mi cintura.





- Eres mía --dijo en un gruñido antes de entrar en mí--.



- Lo soy --admití--.





Nos dejábamos caer. Él sintiendo mi estrechez y yo sintiendo su profundidad, mientras llegábamos al éxtasis.



Cuando Louis llegó al clímax por completo, salió de mí y me dió un pequeño beso en la frente. Se tumbó a mi lado, perdiéndose en las sábanas y cubriéndome también con éstas. Apoyé mi cabeza en su pecho y sonreí. Ya era suya. No había marcha atrás.





- ¿Ha cambiado esto algo para tí? --preguntó Louis en un tono de voz muy bajito--.



- Claro, cada segundo que pasa te quiero más --lo miré directamente, perdiéndome en su mar azul: sus ojos--. Pero me sentiría más segura de todo si estuviéramos en una relación --declaré--.



- Lo que tú quieras, princesa --sonrió--.



- Bien, eres mío y punto --dije dándole un beso en el pecho y escuché una risita por su parte--. ¿Qué?



- Eres una celosa, incluso aunque no te haya dado razones para serlo --fruncí el ceño--.



- Tonto --declaré haciendo puchero--.



- Pero me quieres --me guiñó un ojo y no pude evitar reír--.



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