sábado, 24 de mayo de 2014

Capítulo 11

(Narras tú)

Suspiré en cuanto me senté en el sofá de Louis. Esta había sido una noche muy movida. Y todavía no sé si ha acabado siquiera. Me he enfadado y desenfadado con Louis unas tres veces, lo que considero un récord de cambios de humor repentinos. 

- Ahora sí --dijo entregándome un café después de salir de la cocina--. Dime qué tienes que ver tu con Troy Evans.
- Eso es algo difícil de explicar... --dije mirando al suelo--.
- Sí, bueno, estoy seguro de que sabes tratar con cosas más difíciles que esa --contestó, prácticamente incitándome a que continuara hablando--.
- Emm... --me quedé pensando en si podría realmente confiar en él o no. Si confiara en él y no me defraudara, estoy segura de que afianzaría mucho nuestra relación como... lo que seamos; pero si me defrauda... estoy segura de que tendría un arma para fastidiarme. Sobre todo si me defrauda contándoselo al odioso de Zayn--. Bien --dije y me dispuse a contarle lo que ocurrió en un pasado con ese chico, recordando lo que alguna vez me prometí no pensar--.

#Flashback#

- Atrévete --dijo (o más bien chilló) Troy, agarrándose fuerte a mi muñeca.

Mi mirada reflejaba terror y miedo. ¿Cómo podía mi novio hacer esto? Yo amo a Troy con toda mi alma, pero él me engañó. Las gotas de agua comenzaron a acumularse en mis ojos contra mi voluntad. Hice una mueca de dolor en el momento en el que apretó su agarre.

- Troy... --susurré sin fuerzas--. 
- No te vas a ir --dijo. La vena de su cuello comenzaba a hincharse y su cara se tornaba de un color rojo bastante aterrador--.
- Me haces daño... --lloriqueé--.
- No preciosa, tú no eres como las demás, ¿a que no? --se iba acercando amenazadoramente. Asentí rápida como un rayo, deseando que se alejara, pero no lo hizo--. Tú ya me has dejado satisfecho más de una vez... No te vas a escapar de esta.
- Yo te quiero, Troy, pero no puedo con esto... --intenté alejarme de él, pero mis esfuerzos fueron en vano--.
- ¡No me vas a dejar porque no te lo voy a permitir! --me estampó brutamente contra el muro del callejón, haciéndome retorcer de dolor--.
- Yo...
- ¡Yo nada! ¡Vas a ser mía como una vez lo fuiste! ¡Quieras o no! --chilló hecho una furia--.

Me agarró bruscamente y comenzó a darme besos en el cuello. No de amor, sino de venganza y odio. No hacía caso a mis súplicas, ni siquiera se preocupó por el hecho de que me hacía daño cada vez que absorbía la piel de mi cuello y la mordía. Comencé a temblar y deseé por primera vez no haber conocido a Troy. Me enamoré de él. Me enamoré de una bestia.

- Suéltame, por favor --supliqué--.

Hizo oídos sordos y puso sus sucias manos sobre mis caderas. Y entonces fue cuando empecé a llorar, pero él no escuchaba. Él sólo desaba estar encima mía. Era de manicomio. Me tapé la cara con mis pequeñas manos mientras él mismo se deshacía de sus zapatos. Aproveché ese momento para salir de aquella casa a la que esta misma había planeado traerme. Claro, estaba demasiado cegada por el amor como para darme cuenta de que lo único que quería esa tarde era violarme. Me sentí sucia, utilizada. Bajaba sus pantalones y aproveché para salir corriendo. Mis piernas corrían lo más rápido que podían para escapar de ahí. El maldito me maldijo y oí cómo me maldecía y comenzó a ir detrás mía, pero yo ya había salido de la casa.

- ¡Te encontraré y terminaré lo que empecé hoy! --oí cómo chillaba Troy, gracias a Dios, desde lejos--.

Corrí y corrí durante unos quince minutos, esquivándolo y haciendo maniobras difíciles pasara jugar con las curvas, hasta llegar a una calle segura, donde aproveché y me metí en el apartamento de el que era en esos tiempos el novio de mi hermana. Llamé rápidamente al timbre y esperé...

*Ring ring*

¿Si? --se oyó la voz del novio de mi hermana--.
- Jake, ábreme. Rápido --pedí al borde de desesperarme--.
Vale, voy --y me dejó entrar en el edificio--.

#Fin del Flashback#

- ... y al final, poco después, me enteré de que acabó en un internado, por lo que nunca supe nada más de él. Hasta hoy --terminé limpiando las lágrimas que habían salido de mis ojos sin previo aviso mientras relataba lo que pasó--.

Louis me miró sorprendido. Ni se movió. Probablemente pensando qué decirme o qué hacer en situación semejante. No habló, así que decidí decir algo con las gotas de agua saliendo de mis ojos.

- Y por eso mi desesperación por salir de allí, sabiendo que él sabía dónde estaba. Yo sé que no le importa montar un espectáculo --dije e intenté mirarle a los ojos para descifrar lo que escondía detrás de ellos, pero, como usualmente, sus ojos no expresaban emoción alguna--. ¿Vas a decir algo?

Se removió incómodo en el asiento del sofá, mirándome a la cara.

- Eso... Tuvo que ser... Duro --dijo por fin--.
- Lo fue --afirmé--.

Un sepulcral silencio se formó entre nosotros. A veces pienso que Louis no ha recivido la cantidad de amor que él se merece y por eso él no lo expresa. Aunque debo admitir que el chico hace sus intentos.

- Te toca --dije y me miró con el ceño fruncido--. Te toca decirme porqué conoces a Troy y porqué dijo que "esto" iba a ser divertido, porque la situación no es lo que se denomina "divertida".
- Amm...

Se quedó mirando al suelo, sin decir ni una palabra. Me mordí la lengua intentando controlar mi nerviosismo ante la respuesta de Louis.

- Cu... Cuando tenía 16 años, comencé a hacer negocios --dijo y lo miré sorprendida--. Negocios no muy agradables. Trataba con gente que debía dinero a los de mi grupo o como los llamo yo: "mi equipo", y los hacía devolver el dinero. Si no lo devolvían, los mataba --me estremecí al imaginarme la imagen de Louis, mi Louis, matando a alguien--. Troy era el líder de la otra banda o grupo o como quieras llamarlo. Un día, les volamos todo su almacén, haciendo que explotara y se quebrara, llevándose consigo la vida de algunos pero no la de Troy. El maldito escapó. --así que era verdad, él realmente era problemas--. Él juró que vengaría la muerte de sus hermanos, y lo haría con mi muerte. --me quedé petrificada--.
- Entonces... ¿eres un criminal? ¿estoy sentada en el sofá de la casa de un criminal, y junto a él? --pregunté mirándolo casi con miedo--.
- Sí, se puede decir que sí, pero no me tengas miedo, por favor --dijo buscando mi mano para después entrelazarla con la mía--.
- ¡No! --me levanté de golpe--. ¡Tú eres exactamente igual que Troy!
- ¡No te atrevas a decir eso! ¡No me parezco ni en el blanco de los ojos! ¡Dejé esos trabajos hace tiempo, supéralo, no todo el mundo puede ser igual que tú!

Me intenté calmar. Louis tenía razón. Si él decía que lo había dejado, creía en él. "Los amores más peligrosos son los más atractivos".

- ¿Y qué vamos a hacer ahora? ¡Troy quiere matarte y a saber lo que hará conmigo si me encuentra! --dije al borde de la desesperación--.
- Yo te protejeré --esas tres palabras salieron de la boca de Louis involuntariamente, haciéndome mirarlo con el ceño fruncido y una mueca de sorpresa--.
- Gracias --me limité a susurrar al no saber cómo reaccionar ante su propuesta y me acerqué a abrazarlo--.
- No te tocará ni un pelo. Yo sé como trabajan los tipos como él --dijo envolviéndome entre sus brazos--.
- Lo que la gente dice de ti... ¿Es cierto? --pregunté sin disolver el abrazo--.
- No todo... La mayoría sí. No es fácil vivir con un pasado oscuro.
- Sí, bueno, la forma en la que te vistes y fumar no es que ayude mucho --dije para calmar el ambiente--.
- Tienes que prometerme algo --dijo--.
- Lo que sea.
- Prométeme que no me dejarás solo en esto. Que no huirás --dijo ahora apartándose un poco de mí para mirarme a la cara--.
- No huiré --afirmé--.
- Necesito que me lo prometas.
- Te lo prometo --dije y él asintió--.

Nos separamos y me di cuenta de que seguía con el vestido de la fiesta puesto, al igual que él. Louis también lo notó, por lo que desapareció por el pasillo de la casa para después volver cambiado y con una camiseta blanca bastante larga y unos pantalones negros de chándal  en sus manos. Me lo tendió y se lo agradecí. Nunca pude imaginar que la noche pudiera salir así. Pero aun así lo que más me sorprendió fue mi reacción. Sí, me sorprendí a mí misma. Prometí a Louis que no lo iba a dejar solo, pase lo que pase, y eso me hizo darme cuenta de el inmenso cariño y aprecio que le había cogido en tan poco tiempo al muchacho.

2 comentarios: