lunes, 19 de mayo de 2014

Capítulo 10

(Narra Louis)

Vi como se iba cada vez más lejos entre las siluetas de la gente. ¿Qué demonios había sido eso?. Me abrí paso entre la gente, pero cuando la vi de espaldas sentada en un banco fue cuando me puse a pensar. Yo NUNCA iba detrás de ninguna chica. Nunca. Bajo ningún concepto. Pero todo es diferente con _____. Hago lo posible por acercarme a ella, e incluso por tocarla. ¿En qué momento pasó todo esto?. El tiempo pasa y yo sigo estancado en esta chica desde que la vi. Respiré hondo, debatiendo si quedarme aquí con mi orgullo o ir tras ella. Es malditamente difícil. No. No voy a ir detrás de ella, nunca lo he hecho. Suspiré, y justo cuando me iba a dar la vuelta, ella también lo hizo, viéndome a mí.



- ¿Qué haces aquí? --escupió--.

- Salí a fumar --contesté un poco seco. Saqué un cigarro y lo encendí para disimular--.

- Ah --dijo, girando sobre sí en el banco para levantarse y venir hacia mi--.

- ¿Qué hac...? --comencé a formular mi pregunta, pero supe la respuesta antes de decirla--.



Ella cogió mi paquete de cigarros y sacó uno de dentro. Casi arrancó el mechero de mi mano y lo encendió, poniendo el cigarrillo entre sus labios. Cuando estuvo encendido, me tendió el mechero y le dio una primera calada sin articular palabra alguna.



- Es malo para ti --dije en un tono de voz relativamente bajo--.

- ¿Y para ti no? --arqueó una ceja--.

- A mi no me importa morir --dije--.

- A mi tampoco --respondió desafiándome, no con sus palabras sino con sus ojos--.

- Tú tienes una vida por delante --dije, soltando el humo--.

- Y tú también --contraatacó--.

- Tú tienes a gente que te quiere --dije--.

- Y tú también --repitió--.

- Sí, que me quieren muerto --rodé los ojos--.

- ¿Qué? --me miró sorprendida--.

- Mucha información para ti --dije dándome cuenta de que le había revelado más sobre mi vida de lo que debería haber hecho--.



(Narras tú)

- Sí, que me quieren muerto --dijo rodando los ojos--.

- ¿Qué? --pregunté sorprendida, casi me atraganto con el humo del cigarro--.

- Mucha información para ti --me dijo después de pensar su respuesta--.

- No, ahora me lo dices --comencé a enfadarme. Al parecer mi idea de fumar para no enfadarme no surte mucho efecto--.

- No, no tengo porqué decírtelo. Ni si quiera deberíamos estar hablando --dijo--.

- ¡Vamos! ¡No me puedes dejar así! --dije exagerando--.

- Sí puedo, hace unos cinco minutos me estabas llamando bipolar y creído. ¡No tengo porqué darte ninguna explicación después de eso! --dijo enfadándose él también--.

- ¡Tú hiciste lo mismo! ¡También me llamaste bipolar! --recriminé--.

- ¡Es que lo eres! ¡Primero te enfadas, luego te pones a fumar conmigo como si nada, y después te vuelves a enfadar!.

- ¡Así soy yo! ¡Tú también eres difícil! --dije y miré al cigarro con asco para después tirarlo al suelo violentamente y pisarlo con la punta del tacón--.

- ¡Entonces estamos en igualdad de condiciones! ¡¿Para qué coges un cigarro si ni siquiera te gusta?!

- ¡Para olvidarme de todo! ¡Sólo quería no enfadarme, pero eso contigo es imposible!

- ¡Como si estando a tu lado pudiera tener un poco de tranquilidad!

- ¡Pues entonces vete! ¡No te estoy atando a mí para que no te vayas!

- ¡Yo no me voy a ir! ¡Vete tú!

- Yo no me voy a ir --dije volviendo a mi tono de voz normal, cansada de chillarle a Louis. Me crucé de brazos--.

- Yo tampoco --dijo ahora él tirando su cigarro al suelo y lo pisó--.

- Pues vale --dije dando un paso hacia él, levantando mi barbilla--.

- Pues vale --me repitió--.

- No me repitas --dije poniendo un dedo en su pecho para balancearlo un poco--.

- No me repitas --dijo con una voz aguda--.

- Yo no hablo así --rodé mis ojos--.

- Yo no hablo así --repitió con la misma voz aguda. Me reí--. Es la primera vez que te hago reír --dijo con una sonrisa victoriosa a lo que lo miré también sonriendo--.

- Me has hecho enfadar más veces --destaqué--.

- Eso no te lo puedo debatir --contestó--.

Casi por inercia, puse mis manos alrededor de mis brazos debido a la corriente de aire fría que se había desatado hace unos tres minutos. Al parecer, Louis lo notó porque comenzó a quitarse su americana.



- No hace falta --dije poniendo una mano en su hombro para evitar que se la quitara--.

- Puedes enfermar --dijo, sin hacerme caso--.

- En serio, Louis, que no... --hizo oídos sordos a mis palabras y colocó su americana sobre mis hombros--.

- Eres muy cabezón --dije, luchando por no hacer ese gesto tan característico mío de rodar los ojos--.

- ¿Te diste cuenta? --dijo mirándome a los ojos--.

- ¿De qué?--pregunté frunciendo el ceño--.

- De tienes una extraña obsesión por rodar los ojos.

- En realidad, tú también la tienes --le dije--.



Él sonrió, lo que me hizo a mí sonreír. Arrugué un poco mi nariz, y él hizo una suave caricia con su dedo índice. El gesto más bonito que me habían hecho nunca.



- ¿Te diste cuenta? --repetí su pregunta--.

- ¿De qué? --contestó él riéndose--.

- De que ninguno admitimos que somos unos malditos liantes --le miré a los ojos--.

- Sí, me di cuenta --dijo--.



Nos quedamos en silencio. Miré hacia arriba. Las estrellas estaban preciosas. Esperaba que él dijera algo acerca de su comentario que desató la segunda pelea de la noche, pero no lo hizo. Me muero por curiosidad, pero en fin... Él es así. Me mordí la lengua, tratando de no formular la pregunta para no romper este momento.



- Louis, yo... --empecé a hablar, pero una voz nos interrumpió--.

- _____, no traigo buenas noticias --dijo de repente Spencer detrás de nosotros, que iba con el pequeño bolso que dejé en el coche en su mano--.

- ¿Qué ha pasado? --pregunté al ver que sostenía mi móvil encendido--.

- Troy ha vuelto --dije y me paralicé--.



¿Que Troy ha vuelto? ¿Cómo es posible? Él se fue lejos, muy lejos. Lo mandaron a un internado hace mucho tiempo.



- ¿C-Cómo que ha vuelto? --dije en shock--.



Spencer me tendió mi teléfono y lo miré. Tenía un mensaje abierto. De Troy.



"Así que creías que te ibas a librar de mí para siempre... El internado no es infinito y cuando cumples los dieciocho te libran... Estoy deseando verte de nuevo, perra ;)"



- ¡Joder! --chillé a punto de tirar el móvil al suelo, pero la mano de Louis me lo impedió--.

- ¿Quién es Troy? --preguntó--.

- Troy Evans --dije dándome la vuelta para mirarle. Los ojos de Louis habían cambiado de color. Ahora eran un azul más oscuro--. Louis... ¿Sabes quién es?

- Algo así --dijo--.

- ¿Qué? ¿De qué lo conoces? --pregunté rápidamente--.

- De.. de nada --dijo intentando no cruzar su mirada con la mía--.



Iba a decir algo pero el sonido de mi móvil me lo impidió. Miré la pantalla. Otro mensaje. También de Troy. Un escalofrío recorrió mi espalda.



"A si que tú y Tomlinson os conocéis...

Este juego será divertido.

Te arrepentirás de haberme delatado algún día"



Miré el móvil y rápidamente se lo pasé a Louis. Él me miró sin expresión alguna, pero yo le devolví la mirada con miedo. ¿Qué pinta Louis en toda esta escena?



- Spencer, me quiero ir --dije mirándola y suplicándole--.

- No podemos decirle nada a papá y mamá --dijo alarmada--.

- Yo te llevo en la moto --se ofreció Louis--.

- No lo entiendes. Ni loca voy a quedarme yo sola en mi casa sabiendo que Troy puede venir porque tiene mi dirección.

- Pues entonces quédate conmigo en mi piso. Mis padres viven en otra casa. Es la única solución que veo --dijo--.

- Lo que sea con tal de irme de aquí. Sé que Troy no va a tardar en venir. Tenemos que irnos --dije con respiración pesada. Me estaba agobiando--.

- Vamos entonces --dijo--.

- Spencer, invéntate cualquier excusa --le pedí--. Por favor, tú sabes de lo que Troy es capaz.

- Bien --asintió--.


Louis me cogió de la mano y ambos fuimos hacia su moto. Voy a empezar a acostumbrarme a ella. Me ayudó a subir por la dificultad de mi largo vestido y después subió él al frente. Puso la moto en marcha y arrancó a gran velocidad. Suspiré, tomándome tiempo para pensar. Veamos... Troy está de vuelta. Y tiene algo que ver con Louis. Pero no es precisamente bueno. Y hoy me ha dicho indirectamente que hay gente que lo quiere muerto... Troy puede ser uno de ellos. Pero... ¿porqué?

Cuando por fin llegamos a lo que parecía su piso, bajé de su moto y esperé a que él bajara después de aparcarla. Tenía miedo. Mucho miedo. Louis bajó de la moto y fue hacia la puerta. Lo seguí. Ninguno de los dos articuló palabra en todo el tiempo, hasta cuando llegamos al ascensor, ya que yo decidí romper el hielo.



- ¿Qué tienes que ver tú con Troy? --pregunté inquisitivamente--.

- Lo mismo me gustaría preguntarte...

2 comentarios:

  1. Holaa, ME ENCANTA guapa eres genial espero que subas pronto en las otras tambien un beso

    ResponderEliminar