domingo, 11 de mayo de 2014

Capítulo 9

(Narras tú)


- No puede ser... --susurré sin que nadie me escuchara, casi impactada por lo que estaba ocurriendo, pero al parecer él sí me escuchó porque sonrió con satisfacción--.

- Yo hago las presentaciones --dijo Johanna entusiasmada, pero no le presté mucha atención porque me quedé mirando sus ojos azules, los cuales me miraban también a mí, o a mi vestido según lo interpretes--. Bien, él es mi hijo...

- Creo que no hace falta --dijo él, parándole los pies a su madre--. Ya nos conocemos, ¿verdad, _____?.

- Emm... Sí. De la uni --aclaré--.

- Oh, bien, entonces conversad. Vosotros tenéis pinta de llevaros muy bien --dijo mi madre, Denisse. "Si tú lo dices..."- pensé sarcásticamente--.

- Tú y yo tenemos muchas ofertas que facilitarnos, Tim --dijo Mark--.

- Vaya, ¿la empresa de los Tomlinson está interesada en la nuestra? --dijo mi padre sonriendo, seguramente pensando en una táctica para sacarle el mayor partido a sus ofertas--.

- Mucho --contestó--.

- Bien, esto podría ponerse interesante... --dijo mi padre, alejándose con Mark mientras que ambos cogían un vaso de vino que les ofrecía el camarero--.

- Emm... Yo tengo que ir a seguir ejerciendo de anfitriona. ¿Me acompañas, Denisse? --dijo Johanna. "Qué disimulados todos"- pensé por segunda vez en la noche con ironía. Sí, hoy es el día mundial de la ironía--.

- Por supuesto --dijo mi madre--.



Ambas se fueron, perdiéndose entre la multitud de la sala. Resoplé mientras que se iban. Malditas...



- Creo que realmente piensan que somos una buena pareja --rió Louis, rompiendo el silencio incómodo--.

- Ya veo, ya --dije un tanto enojada. Lo último que quería era encontrarme a Louis, ¡eso no hacía nada más que liarme la cabeza!--.

- Eh, ¿qué pasa? ¿La Pretty Woman se enfadó? --respondió él, que chistoso--.

- JA-JA-JA, ¡Qué gracioso! --dije con un tono falso, claramente sarcástico--.

- No, en serio, luces muy bien --me alagó esta vez sincero, por lo que lo miré perpleja--.

- Gracias --dije, mostrando una sonrisa--.

- Demasiado, me encanta el escote... --añadió. ¡¿PERO QUÉ?!--.

- Wow, wow, wow, wow, para --dije moviendo mucho las manos--. Se me olvidó por un momento reconocer tu faceta pervertida.

- Esa faceta mía se podrá esconder, pero siempre estará ahí --dijo guiñándome un ojo. ¿Dónde estaba el Louis que me había dejado en shock desde el minuto 1?--.

- ¿Qué? ¿Vas de conquistador ahora? --pregunté, cruzando mis brazos--.

- Siempre lo he sido --dijo sonriendo. Parece que el traje y el dinero se le sube a la cabeza--.

- Pues vale --dije rodando los ojos. ¿Ganas de tratar con semejante idiota? Ninguna--.

- No te enfades --me dijo de repente con ojos brillantes--.

- ¿Qué eres? ¿Bipolar? --pregunté--.

- Sólo estaba probando qué carácter te gusta exactamente --dijo sin preocupación alguna--.

- ¿Tan impredecible soy que tienes que hacer pruebas? --dije al borde de la risa--.

- Lo eres --afirmó--. Y me encanta.


Lo miré sorprendida. Menudo cambio. ¿Ahora le encantaba?. Quise hacer como si nada, pero fue inevitable ya que una ilusión se adentró en mi cuerpo para quedarse. ¿Para siempre? No lo sé. Lo que está claro es que este Louis es el que me gusta sin duda. No me dio tiempo a darle una respuesta inteligente digna de debatir, ya que la música subió un poco de volumen, atrayendo la atención de todos los presentes. Johanna, la madre de Louis, cogió un micrófono y se dispuso a hablar.



- Mj mj --se aclaró la garganta--. Bien. ¿Cómo la están pasando? --preguntó un poco alto para que todos los invitados contestaran. Y así fue. Todos gritaron, Dios mío, parecen adolescentes. Al parecer Louis y yo pensamos lo mismo, ya que nos miramos y reímos--. Me alegro. Vamos a comenzar con los bailes, ¡en una fiesta no pueden faltar los bailes!.

- Está completamente loca --dijo Louis riendo a la vez que negaba con la cabeza--.

- Coincido en eso --reí. Una música lenta comenzó a sonar y el centro del salón se comenzó a llenar de parejas bailando--.

- ¿Bailarás conmigo? --preguntó un poco esperanzado--.

- Gánatelo --dije alzando una ceja y viviendo un sorbo de mi vaso de vino, que acababa de coger de la mesa--.

- ¿No me lo he ganado ya, Pretty Woman? --preguntó--.

- Cierto --contesté, cogiéndolo del brazo--.



Él se hizo con las riendas de la situación, cambiando las tornas al coger mi brazo y atraerme a la pista de baile. Dejé la copa de vino en la mesa y cuando al fin llegamos con las demás parejas, pude ver a mi hermana Spencer bailando con el chico con el que había ido a coquetear. Cuando por fin encontramos un sitio para bailar, él puso una mano en mi cadera y la otra la juntó con mi mano. Yo rodeé con mi brazo restante su cuello, y apoyé mi frente en el otro lado de éste. Louis se acercó más a mí si eso era posible, y noté cómo esbozaba una sonrisa. No lo vi, sólo ya lo conozco lo suficiente para saber que lo hizo. Por un momento me vino a la cabeza el nombre de Niall y me llegué a plantear el hecho de estar cayendo enamorada por ambos a la vez. Louis podía ser descarado e impulsivo, pero eso no me ha hecho alejarme de él. Niall podía ser seductor y competitivo, pero sin embargo, eso tampoco me hizo deshacerme de pensar en él. ¿En qué momento esto se había convertido en una cosa de tres? Absorbí el perfume de Louis por la nariz, olía muy bien. Él pensó que no me di cuenta, pero sí lo hice. Fue bajando su mano por mi espalda. La bajaba lentamente, tanto, que llegué a estremecerme.



- Para --dije cuando estuvo a punto de tocar mi trasero--.

- Mierda --oí que maldijo en lo bajo--.

- Eres un enfermo mental --susurré lentamente cuando subió su mano a mi cadera, haciendo que mi aliento chocara contra su cuello--.

- ¿Porqué yo no te puedo tocar? --ignoró mi insulto--. Todos pueden menos yo. Es como si tuvieras una regla anti-Louis --se quejó de la misma manera: susurrando en mi oreja--.



Me quedé pensándolo un poco. Quizás él tenga razón. Es como si tuviera un escudo contra él. Y sé exactamente porqué es. Él es Louis Tomlinson, joder. Es un puto bipolar. Igual que un día quiere estar conmigo, al siguiente puede no querer. Igual un día está con tres chicas y al siguiente no está con ninguna. Puede que haya estado como con miles de chicos así, pero esta vez es diferente. Entonces ahí tenía la respuesta a su pregunta:



- Es diferente --contesté un poco más alto del tono que había utilizado anterior, rompiendo el momento sensual que estábamos teniendo--.

- Claro, igual que con lo del beso de Niall --debatió, alejándose de mí para quedar cara a cara--.

- Louis... --vacilé--.

- No, Louis no. Siempre puedo tener a la chica que quiero. SI-EM-PRE. ¿Entendiste? Y tú me lo estás poniendo jodidamente difícil. ¿Qué? Todas desean este cuerpo, todas quieren estar conmigo. Y es así. Es ley de vida. Yo ya lo asumí. Asúmelo tú. Decídete ya. No puedes decir que soy un enfermo mental de la manera que lo dices, susurrándome en el cuello haciendo que quiera besarte hasta que se me desgasten los labios. Porque es contradictorio. Todos saben que eres bipolar y extremadamente impredecible. Un día me haces la cobra y a los tres días estamos bailando pegados de una manera extraña, nunca había bailado así con una mujer, chica o lo que quiera que te consideres. ¡No te entiendo! ¡Me vas a volver loco! --dijo desesperado.



Lo miré seria, intentando analizar los sentimientos que se pasaban por mi cuerpo para decidir después cual de ellos dejar salir a la luz. Pero no lo hice. Entrecerré un poco los ojos. Bueno, al menos dijo la verdad y para lo que en realidad me quería.



- ¿Sabes? Es muy irónico que me llames bipolar a mí cuando yo pienso que el bipolar eres tú. Tú eres el problemático que vino a poner patas arriba todo, y yo odio lo desordenado. Eres tú el que en tan sólo unos pocos días conseguiste enfrentar a mi mejor amigo con el tuyo, y yo odio las peleas. No pienso asumir nada, ¿entiendes?. Eres un maldito creído. ¡No puedes gustarle a cada cosa que tenga vagina! Asume tú que si quieres estar conmigo, no te lo voy a poner nada fácil. Lo que quieres algo te cuesta. Y estoy seguro de que esa no soy yo, así que retírate del estúpido juego al que estés jugando --dije con veneno en cada palabra que pronunciaba--.



Me di la vuelta y comencé a andar hacia la salida ante la mirada atenta de la mayoría de los invitados. Nos miraban curiosos, y mientras andaba hacia el jardín pude escuchar comentarios como: "estos chicos nunca van a estar juntos", "si controlan su carácter, seguro que harían una pareja preciosa, doy fe", "hoy en día, lo que atrae a los chicos es eso: carácter", "están destinados a estar juntos" o "qué pareja más problemática. Nunca arreglarán sus diferencias, no pegan. Diuh". Okay, capaz que el último comentario lo añadiera yo mentalmente. No sé cómo la gente puede pensar que todavía Louis y yo podríamos estar juntos si somos como el agua y el aceite.

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